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El legado de Carlos Abascal Carranza es su congruencia e intachable calidad moral: Gabriela Cuevas

El senador Juan Carlos Romero Hicks destacó su convicción humanista, de diálogo, de acuerdos y de servicio

El mayor legado de Carlos Abascal Carranza es su congruencia y la intachable calidad moral que mantuvo a lo largo de su vida, así como la coherencia entre sus valores, pensamientos y acciones, afirmó la senadora Gabriela Cuevas Barron.

Durante la presentación del libro “Un cristiano en la vida pública: Carlos María Abascal Carranza”, en el Senado de la República, la legisladora del Partido Acción Nacional (PAN) dijo que éste representó un liderazgo indiscutible en México, porque fue un hombre de éxito y de convicciones, cuya experiencia de vida está íntimamente ligada a la transición democrática de México

“Un hombre que atestiguó y trabajó incansablemente por transformar el sistema político mexicano en función del bienestar común”, aseguró la senadora.

Subrayó que para Acción Nacional es un orgullo que Carlos Abascal fuera secretario del Trabajo y después el segundo secretario de Gobernación de la transición en el año 2000, “un hombre que en el ejercicio del poder recurrió siempre al diálogo”.

La legisladora afirmó que el ejercicio de la política “no se trata de construir en función de la coyuntura, sino en favor de la responsabilidad y de la convicción; es precisamente esa congruencia su mayor legado, una concordancia total entre su actuar como padre de familia, como hombre espiritual y como funcionario público”.

Además, dijo, Abascal Carranza fue un hombre austero, “una virtud que hoy habría que aprender y tenerlo muy presente en política. Los políticos requerimos regresar a esa austeridad”, añadió.

Por su parte, el senador Juan Carlos Romero Hicks destacó que como Secretario de Gobernación, durante el conflicto en Oaxaca en 2006, Abascal Carranza privilegió el diálogo, “demostrándole al país y al mundo que usar el poder, ejercer la autoridad y poner orden se pueden hacer sin herir y mucho menos matar; lección que el gobierno actual no ha aprendido y el silencio de las víctimas de Nochixtlán nos lo recuerda”.

En ese sentido, agregó Romero Hicks, “fue un pacifista irredento, porque en ese momento la solución más fácil era el uso de la fuerza pública, era la violentación del respeto a la persona, y don Carlos siempre creyó en la buena fe de los actores políticos de la época”.

Fueron los tejidos finos, la paciencia, la prudencia, la conciliación que él siempre buscaba en sus actos privados y públicos lo que llevó a solucionar aquel conflicto, recordó el legislador por Guanajuato.

Abascal Carranza fue un hombre cristiano que buscó congruencia en la vida pública; un hombre cuya vida es ejemplo de amor, de diálogo, de acuerdos y de servicio, concluyó Romero Hicks.

En la presentación del libro también participaron Rodrigo Abascal Olascoaga y Fernando Belaunzarán Méndez.