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Morena y Andrés Manuel; gigantes con pies de barro

Editorial 3 de junio de 2019.- Aunque a la vista de las derrotas sufridas por el PAN en las dos contiendas por las gubernaturas de Baja California y Puebla parecieran dejar un saldo absolutamente negativo para Acción Nacional, no es así. La Jornada electoral del 2 de junio tiene varias aristas que vale la pena observar.

En primer lugar el panismo no debe asumir el discurso del partido del presidente, cuya narrativa apunta a magnificar sus resultados y a minimizar los logros de AN.

No es cosa menor el triunfo contundente del PAN Tamaulipas, que apoyado en los resultados de la administración del gobernador García Cabeza de Vaca obtuvo 21 de los 22 distritos del Congreso Local.

Tampoco lo es el resultado alcanzado por el PAN en Durango, en donde el partido conservó la capital, además de ganar otros 18 municipios. Y en este caso como en el anterior, AN se apoyó en los buenos resultados de José Rosas Aispuro, gobernador panista de esta entidad.

A esto hay que agregar a Aguascalientes, en donde Acción Nacional repite en la Alcaldía de la capital y triunfa en otros 4 ayuntamientos, gracias también a los buenos resultados de Martín Orozco al frente del gobierno del Estado.

Un dato relevante es que Morena no fue como se vaticinaba la fuerza política que arrasaría en esta jornada electoral, otro aspecto notable es que la imagen del presidente. parece ya no ser suficiente para aportarle votos a sus candidatos en todos lados. La alta popularidad de AMLO no dio como resultado este dos de junio triunfos inobjetables para los candidatos morenistas.

Para lograr sus victorias el presidente y su partido se alió con quienes afirmaba eran la mafia del poder. En Baja California se fortaleció con el grupo político del exgoberndor priísta Xicoténcatl Leyva. En Puebla fue del brazo con el viejo priismo representado por el gobernador interino Guillermo Pacheco, cuyos grupos corporativos operaron el 2 de junio a favor de Miguel Barbosa.

Sin duda el gran ganador de esta jornada fue Francisco Javier Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, quien no solo contuvo a Morena, sino que prácticamente le aplastó.

La elección dejó ver que nuevamente el ganador de la jornada fue el abstencionismo, que el PRIMOR no es una quimera, sino una realidad que opera en varios ámbitos y momentos de la vida política del país. Que los buenos gobiernos, sumados a la concordia panista dan buenos resultados. Y que Morena y Andrés Manuel son gigantes con pies de barro.