Por: Rocío Ortiz Rico.- Ahora tocó turno a los libros de texto gratuitos de primaria y secundaria, hace un par de meses pretendía por parte de las autoridades federales imprimir los libros de texto sin dar a conocer sus contenidos y sin cumplir el requisito establecidos en la Constitución y el programa de la SEP.

Es preocupante y a la vez sorprendente la manera en cómo se pretendían hacer las cosas, razón por la que la Unión Nacional de Padres de Familia puso una demanda de amparo que llevó a un juicio en el que se determinó la suspensión de la impresión de los libros de texto de primaria y secundaria.

Hace 54 años el presidente Adolfo López Mateos creó, por decreto, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) con el fin de fijar, “con apego a la metodología y a los programas respectivos, las características de los libros de texto destinados a la educación primaria.” (Diario Oficial, 1959).

Los libros de texto deben de estar basados en los planes y programas de estudio, son una herramienta didáctica muy útil en el aula y sus contenidos deben ser cuidadosamente seleccionados por expertos, deben contener una estrategia didáctica y apegados al rigor científico. Pero utilizarlos para ideologizar es inadmisible.

Es indispensable que los libros estén desde el primer día en las escuelas, pero es más importante que tengan la calidad requerida y para ello es necesario que se haga un trabajo previo a su impresión, deben estar ajustados, conforme a la Constitución y a la Ley, a los programas y planes de estudio, que hayan cumplido con la intervención de gobiernos estatales, especialistas, maestros y de la sociedad.

Los ciudadanos a través de las organizaciones civiles, líderes y de padres de familia deben de participar y vigilar este proceso que está bajo la fuerte sospecha de que se trata de un intento por ideologizar desde las escuelas a los estudiantes, en resumen, se trata de una falta de confianza de parte de algunos sectores de la sociedad.

La Unión Nacional de padres de Familia habla de seis razones por las que no se puede llevar a cabo la impresión: carecen de estrategia didáctica, no se conoce el contenido, no se ha socializado, se busca ideologizar a los niños, no se ha capacitado a los maestros y muestra enormes deficiencias.

Decisiones como estas no pueden ser tomadas al vapor, es indispensable que las autoridades educativas den a conocer los contenidos de los nuevos libros de texto para evitar un problema posterior que genere un daño a las nuevas generaciones, la inconformidad de los expertos y de la sociedad que no se quedarían con los brazos cruzados viendo como llegan a las escuelas materiales de mala calidad.

Es importante estar atentos a este importante proceso en la educación básica y participar para garantizar que los libros de texto gratuito de primaria y secundaria cuenten con la calidad que se requiere, este es un tema que nos atañe a todos.