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Mario Molina debe encabezar la estrategia sanitaria contra Covid-19 en México

Ciudad de México, 18 de junio de 2020.- Por más que el Gobierno se esfuerce en demostrar una supuesta estabilidad en el número de muertes y contagios, México no mejora y la negligencia del subsecretario Hugo López-Gatell avanza acercándonos hacia los 20 mil decesos por esta enfermedad en un tiempo muy acotado.

El diputado federal Iván Rodríguez Rivera mencionó que existe un camino viable para frenar la ola de contagios y hospitalizados en el país, la opción está en el doctor Mario Molina, Premio Nobel de Química, quien ha demostrado ser el hombre ideal para llevar las riendas de la estrategia sanitaria.

“A través de un Punto de Acuerdo le vamos a solicitar al presidente Andrés Manuel López Obrador, incluir al doctor Molina como asesor del Comité Técnico de especialistas que determinan las causas de muertes y analizan la enfermedad”.

Las aportaciones y experiencia del doctor Molina, pueden ser muy valiosas para detener y por fin, aplanar la pandemia, reto que el Gobierno no ha alcanzado.

Rodríguez Rivera añadió que las recientes declaraciones del doctor Mario Molina son convincentes y deben ser consideradas en los planes estratégicos que tiene la Secretaría de Salud para los estados.

Dijo que el uso de cubrebocas, las recomendaciones médicas y sus opiniones científicas, deben ser aprovechadas, ya que la novatez del subsecretario en este tema, hace que la pandemia se vuelva un patrón común entre la vida de los ciudadanos. “Absurdo hacernos a la idea de vivir con el coronavirus, existen etapas y formas para erradicar esta enfermedad entre las comunidades”.

Otra de las bondades que traería consigo que el Premio Nobel se haga cargo de la estrategia, es que habría mayor credibilidad en las cifras y transparencia hacia la opinión pública. “No tendríamos que batallar en dudar y los gobernadores que hoy en día tienen inquietudes, estarían más tranquilos sobre el control federal de la pandemia”.

Rodríguez Rivera señaló que la 4T les ha dejado a los gobernadores y médicos una bomba de tiempo en sus manos, que por una conducción ajena a los criterios de objetividad, podría ser fatal al corto plazo.