Se vea como se vea, el voto de panistas pro “matrimonio igualitario” en la Asamblea Constituyente es abiertamente contrario a la esencia doctrinal de Acción Nacional. El asunto es de extrema gravedad, pues se ponen en entredicho la integridad y la congruencia del panismo como organización.

Según esto, y en voz de la diputada María Teresa Gómez Mont, y con un razonamiento aberrante, se dejó a los diputados panistas que votaran en el tema del matrimonio igualitario como un voto “en libertad” o “de conciencia”. En ambos casos es inaceptable. ¿Por qué?

Si un panista distinguido conforme a su conciencia vota en contra de la doctrina, la cual está a favor de la familia, no tiene nada que hacer en el PAN. Su conciencia estaría fuera de los principios de Acción Nacional. Si el voto fue “en libertad” para que se viera la conveniencia de votar a favor, es igualmente grave.

Se cita a la diputada Gómez Mont explicando (cito): “reconocemos que al interior del PAN hay personas con esas características y simpatizantes, gente que vota mayoritariamente con Acción Nacional, y tenemos que tener respeto por todos ellos, por los que toman una posición en un sentido u otro, y con electorado que ha sido tan fiel, hoy habrá voto de conciencia en lo individual”.

Absurdo, Teresa: esa reflexión es solamente clientelar, vergonzosa. También entre quienes votan por el PAN hay bandidos, ladrones, corruptos y de otras lindezas. ¿Se votaría una ley fundamental que los favorezca para no perder sus votos?

Es algo muy penoso para el PAN. Ninguna razón hay que justifique el arrogarse como militante panista y decidir en contra del PAN, en contra del bien común. Si fue por conveniencia, es un voto electorero, clientelar, como siempre se ha acusado a otros partidos, con justa razón. Y si el voto fue porque en la conciencia del diputado constituyente es aceptable la distorsión del verdadero matrimonio, su conciencia es antipanista. Por donde le busquen pierden.