Las familias mexicanas “pagan los platos rotos” de la mala conducción financiera del país
- De acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (IPC), en la primera quincena de marzo se alcanzó un máximo histórico de 5.29% anual.
- El encarecimiento de productos y servicios está golpeando duro la economía de las familias mexicanas, señala.
La Diputada Federal Arlette Muñoz pidió al Gobierno Federal una estrategia de contención ante los niveles históricos de inflación registrados en la primera quincena de marzo, cuya tendencia a la alza se prevé continuará durante los próximos meses.
Aseveró que la tasa anual de 5.29% registrada por el Índice Nacional de Precios al Consumidor (IPC) en este periodo, es un golpe que ya se está sintiendo en la economía de las familias mexicanas y que amenaza con tener un efecto devastador en la pérdida de competitividad económica.
Destacó que de acuerdo con los reportes mensuales del INEGI, de enero a marzo de este año la tasa de inflación anual ha mantenido su tendencia a la alza, de 4.72% a 5.29%, lo que se ha visto reflejado en el encarecimiento de insumos como la electricidad, el pago de vivienda y de productos básicos como la leche pasteurizada, el limón, el jitomate y otros alimentos.
La legisladora por Acción Nacional lamentó que en este escenario sean las familias mexicanas las que “paguen los platos rotos” de la mala conducción financiera del país.
La Diputada Arlette Muñoz señaló también que nuestro país ha venido perdiendo competitividad a causa de la inflación interna y la tendencia que mantiene a la alza amenaza con frenar el crecimiento económico en lo que resta del 2017.
Citó como ejemplo, el Ranking Mundial de Competitividad 2016 del IMD Business School de Suiza, que sitúa a México en la posición más baja de los últimos 5 años, en materia de competitividad económica.
Detalló que una de las principales causas de los altos niveles de inflación en nuestro país es la política fiscal del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, por lo que reiteró su exigencia para que su administración ponga en marcha un plan que incluya el control del déficit fiscal, la revisión de la política salarial y los ingresos, el aumento de las reservas internacionales y la reactivación de la economía interna, entre otros aspectos.
Porque consideró que “de no hacer un reajuste a la política fiscal y a los parámetros de la economía interna, se estará comprometiendo el bienestar de las familias mexicanas para los próximos años y el ya de por sí crítico panorama de crecimiento y competitividad que prevén especialistas en la materia”.