Debates, empujones y una bestia tricolor arrinconada
En el contexto de la Campaña por la Gubernatura de Coahuila, la Senadora Silvia Graza publicó la siguiente nota en el Zocalo de Saltillo, la cual reproducimos con el fin de manrener informados a nuestros lectores.
“El jueves pasado, el día del segundo debate entre candidatos a Gobernador de Coahuila, sucedieron hechos realmente lamentables. Quiero aprovechar este espacio para hablar un poco al respecto y sobre sus implicaciones en la contienda electoral a Gobernador en nuestro estado.
Mientras iniciaba el debate en el que imperaron los ataques por encima de las propuestas, como es el caso continuo del candidato Miguel Ángel Riquelme, del PRI, quien no conoce el sentido de un debate ni de un intercambio de ideas y propuestas, afuera se vivían los reflejos de los miedos del PRI ante la creciente popularidad de Guillermo Anaya, del PAN, y tuve la mala fortuna de vivirlos de primera mano.
A las afueras del teatro Nazas, en Torreón, elementos de Fuerza Coahuila nos impidieron la entrada a representantes legislativos que íbamos a apoyar a nuestro candidato durante el debate. Entre los presentes estaban el coordinador de los diputados del PAN, Marko Cortés; Karla Karina Osuna Carrasco, Jorge López Martín y una servidora. Todos legisladores federales con la debida acreditación necesaria para entrar en el recinto.
Sin embargo, los elementos de Fuerza Coahuila, sin que sea una gran sorpresa, decidieron utilizar la fuerza para negarnos el acceso al teatro sin importar la plena identificación de cada uno de nosotros y de la acreditación correspondiente. Asimismo, a otros representantes de partidos de oposición se les negó el acceso de la misma manera. No fue hasta que las autoridades del Instituto Electoral de Coahuila intervinieron que pudimos entrar.
Estas actitudes que hemos visto una y otra vez por parte del Gobierno y las autoridades policiacas estatales no son más que el reflejo de un partido que sabe que va perdiendo en las encuestas y que una derrota en uno de los grandes bastiones del PRI es posible ahora más que nunca. Es claro que se encuentran desesperados y que como una bestia herida y arrinconada, no saben más que recurrir a agresiones frente a la situación por la que pasan actualmente.
En algunas de las últimas encuestas realizadas, particularmente la del periódico Reforma, indican lo que parecería un “empate técnico” entre candidatos con el 36% de las preferencias electorales. Sin embargo, si los únicos candidatos fueran Anaya y Riquelme, los resultados favorecen a Anaya, del PAN, con 37%, frente a 35% del segundo, de acuerdo con la misma encuesta.
De la misma manera, Guillermo Anaya también sale con una clara ventaja en diversos rubros. Si se trata de atributos y expectativas de desempeño, los electores prefieren al candidato del PAN por encima del PRI (31 a 27%). Sobre quién tendría el mejor desempeño para mejorar los servicios de salud y atención médica, de igual manera aventaja Anaya a Riquelme (29 a 26%). Con la misma tendencia, se ve la percepción de los encuestados sobre quién generaría mayores empleos: la encuesta señala a Anaya por encima de Riquelme con un 28 a 27 por ciento.
Como se puede apreciar, las diferencias en este momento no son muy amplias, pero muestran una clara tendencia a favor de Guillermo Anaya, del PAN. Estos resultados los conoce bien el PRI y son la causa de su desesperación y agresiones mostradas.
El PAN tuvo un excelente año electoral en 2016, con victorias inauditas en entidades federativas como Chihuahua, Tamaulipas y Veracruz, entre otras. Este año podemos asestarle un golpe crítico al PRI al ganar el gran bastión de Coahuila. Esto pondría al PAN en una excelente posición rumbo a las elecciones presidenciales de 2018, y al PRI, en una situación de franca desesperación.
Ahora que la bestia del PRI se encuentra asustada y arrinconada es, probablemente, cuando más peligrosa se vuelva. Frente a su probable derrota, recurrirá con mayor frecuencia a las estrategias que más le conocemos: amedrentar, amenazar y utilizar la fuerza policiaca como un instrumento de represión.
Yo estoy segura de que como muchos de nosotros, mis queridos lectores, también se encuentran hartos de tanta corrupción, impunidad y represión por parte del Gobierno estatal. Es por eso que ahora, mientras más nos acerquemos a la recta final de la elección, no aflojemos el paso ni sucumbamos ante los intentos de amedrentar a la población o de sobornar con las técnicas que les conocemos ya muy bien de muchos años.
Es ahora cuando más debemos presionar al Gobierno estatal, y más debemos exigir la salida de los malos gobiernos y de apoyar el esfuerzo que llevará a una transición democrática histórica en nuestro estado. No tengamos miedo. Si nos encontramos hartos, es ahora el momento de unirnos y acabar de una vez por todas con esta bestia tricolor arrinconada”.