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VIENTOS AUTORITARIOS

Marcos Pérez Esquer.-

No es de mucho extrañar que de la 4T emerjan decisiones, expresiones o planteamientos de corte autoritario. El tufo autoritario la ha acompañado desde su nacimiento. Sometida en su conjunto a la opinión y a la decisión de un solo líder, de un autócrata, ha inoculado en su ADN ese germen autoritario.

Lo que sí ha llamado la atención, es que en apenas unos cuantos días, durante esta misma semana, hemos visto expresiones de al menos tres distintas y muy claras facetas de ese autoritarismo. Veamos:

  1. El Presidente López Obrador, reprocha al Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, haberlo traicionado durante el proceso electoral de 2018. Esto, en respuesta al dicho de Alfaro, de que las revueltas de Guadalajara habrían sido auspiciadas por Morena. Pero ¿por qué dice que Alfaro lo traicionó?. En palabras del propio Presidente: “Alfaro nos traicionó cuando yo lo invité a participar al movimiento, dijo que no le interesaba, que él no coincidía conmigo”.

O sea que el hecho de no coincidir con él, se constituye en una traición. Como si no fuera totalmente legítimo disentir; como si todos aquellos que no coinciden con él fuesen por definición traicioneros. La pretensión de instaurar un pensamiento único -el suyo-, eso sí que es autoritario y antidemocrático por definición.

Esto me hace recordar a Vladimir Lenin cuando decía en 1920 que “cada hombre debe elegir entre nuestro lado o el otro lado”; a George W. Bush en 2001, cuando dijo “o estás con nosotros o estás con los terroristas”; a Hugo Chávez, en 2008, diciendo “o tú estás con la revolución, o tú estás contra la revolución. O tú estás con Chávez o tú estás contra Chávez. Aquí no hay términos medios”; al propio López Obrador que ya había dicho “O se está por la transformación o se está en contra de la transformación del país… Que cada quién se ubique en el lugar que le corresponde… o somos conservadores o somos liberales. No hay medias tintas”; y si me apuran, me recuerda también a Darth Vader cuando hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana dijo “Si no estás conmigo, eres mi enemigo”.

  1. El Presidente López Obrador utilizó su conferencia “mañanera” del martes pasado, para dar a conocer un supuesto documento “confidencial” de la oposición, -del Bloque Opositor Amplio (BOA)- que le habría llegado anónimamente, es decir, del cual desconoce en realidad su autenticidad. Sin importar que perfectamente puede tratarse de un embuste –de hecho hay sospechas de que podría haberse elaborado en el propio gobierno- lo da a conocer haciendo énfasis en los nombres de las personas que estarían organizándose para enfrentarse a Morena en las próximas elecciones. Y a todas estas personas se les da el trato de “confabuladores”, de “complotistas”, como si no fuese absolutamente legítimo organizarse para participar electoralmente y tratar de ganar. 

La posición del Presidente no podría ser más antidemocrática. Justo con esas reglas llegó él a la silla presidencial, y ahora desde ahí torpedea esas mismas reglas; típico de los populistas. 

Pero además, señalar así a estas personas (Krauze, Loret, Brozo, Ciro, 14 gobernadores, etc.), conlleva el insano propósito de polarizar y de construir un enemigo claro; todo lo que ellos digan en adelante, está automáticamente desacreditado porque son “sus enemigos”. Más autoritario, imposible.

  1. El tercer asunto que evidenció en esta misma semana ese cariz autoritario de la 4T corrió a cargo de Ricardo Monreal, Coordinador de Morena en el Senado de la República, quien presentó una iniciativa para eliminar tres órganos reguladores autónomos, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), para fusionarlas en uno nuevo denominado INMECOB. 

El efecto que esto traería sería eliminar las dos características más importantes de este tipo de entes que son la independencia (porque a los comisionados del nuevo instituto los nombraría la 4T), y la especialización (porque ahora estos nuevos comisionados harían de todo y de nada). 

La propuesta no es mas que un intento nuevo para seguir concentrando poder, como lo que ya han hecho con el Poder Judicial, con la CNDH, y otros órganos más. La concentración del poder en un solo hombre es otra faceta típica del autoritarismo.

Si en una misma semana fuimos testigos de al menos estos tres embates autoritarios, ¿qué podemos esperar de los seis años?… ¿o de doce?. Urge propiciar –desde los procesos electorales- un cambio real, so pena de atestiguar la venezolización de México.