VOLVERNOS MÁS HUMANOS:
Tomás Trueba Gracián.- Estamos, de acuerdo a la Iglesia Católica, en el Adviento. Adviento significa la venida del Redentor. Es la época de esperanza de la promesa cumplida por Dios de mandar a su hijo Jesucristo para sanar nuestras almas y darnos una Nueva Alianza. Tiempo de esperanza y penitencia. Nos invita a recordar el pasado, el nacimiento de Jesús en Belén. Vivir el presente siempre vigilantes y con fe y preparar el futuro.
Desde luego hay algunas religiones que no celebran la Navidad como los budistas, musulmanes judaísmo etc. Pero todas las religiones concuerdan en que el ser humano debe cumplir preceptos que lo ayuden a ser mejores, los seres humanos debemos cumplir normas religiosas, además de las normas cívicas humanas, que nos hagan mejores personas y nos permitan una vida digna.
Hoy el mundo enfrenta una nueva crisis, que debe ser una nueva prueba, o un nuevo examen para valorar lo que hemos hecho, lo que hemos dejado de hacer y lo que debemos de hacer. La historia de la humanidad está llena de alegrías, pero también de dolor, la historia de la humanidad está llena de retos por catástrofes, por plagas, por guerras y la humanidad ha salido adelante más o menos victoriosa.
Lástima que los seres humanos no hayamos aprendido del pasado, no hayamos dejado la soberbia atrás y por ende hayamos caído en los mismos errores. Todos los males que vivimos no son un castigo de Dios, son una consecuencia de nuestras acciones, son una prueba más de que el ser humano no aprende a vivir en armonía con el propio ser humano, con los animales, con la naturaleza y no aprendemos a cuidar y respetar la vida.
Somos ególatras, arrogantes, nos creemos los poseedores de la fuerza para salir adelante, no somos capaces de tomar decisiones basadas en el Bien Común y seguimos tropezando con la misma piedra. Nuestra altanería nos lleva a pensar que somos capaces por si solos de vencer lo que venga. No compartimos el dolor, no compartimos la fuerza, no somos capaces de reconocernos como seres con debilidades y algunas carencias que pueden ser suplidas por otras personas humanas.
Esta situación de prepotencia y de sentirnos todopoderosos nos lleva a no valorar que los méritos y éxitos que tenemos no son solo por uno mismo, no entendemos que en todo esto hay muchas cosas que se alinean para llegar. No entendemos de la humildad, cuando buscamos algo lo que sea, por ejemplo un título universitario, un trabajo, una ayuda, un cargo público presentamos la cara de docilidad, de capacidad intelectual, de trabajar por todos, compromisos que se olvidan al obtener esa meta.
En este momento las noticias a nivel mundial son de pánico, de poca esperanza, de muerte, de desempleo, de crisis económica, de crisis familiar y lo peor es que lo que nos presentan los gobernantes, los organismos internacionales, los expertos analistas y los no tan expertos no son más que noticias de un futuro negro en general. Son noticias donde vemos perdida la libertad de movimiento, la libertad de convivir, la libertad de decidir. Esa pérdida que tenemos es consecuencia de malas acciones de cada uno.
Pero los que creemos en Dios, los que creen en otro ser Superior de acuerdo a su religión saben que la fe y la esperanza no se pierde. Sabemos que volviendo nuevamente a ser humanos responsables y comprometidos saldremos bien librados. Hoy los científicos deben luchar para encontrar la cura contra el Covid-19 y su vacuna, pero los humanos debemos luchar por encontrar la cura contra la deshumanización. Porque el mundo padece no solo de una Pandemia Viral, hay otras enfermedades físicas y mentales que igual están acabando con la gente, padece de desigualdades, padece de hambre, padece guerras, padece de autoridades insensibles ante el dolor y las catástrofes naturales. Son muchas pruebas que superar y mucho que dar por el bien de la humanidad.
Debemos rescatar los valores humanos, pero las autoridades civiles y religiosas deben poner mucho de su parte para lograrlo. Hoy en México vivimos todas las plagas juntas: Problemas de salud, desastres naturales, crimen, desempleo, hambre y no vemos que las autoridades se enfoquen a trabajar sin rencor y sí con más inteligencia para salir adelante. No hay humanismo en el gobierno, en general no hay humanismo en los ciudadanos y ya es el momento de rescatarnos.