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UNA ELECCIÓN MUY DISTINTA

Por Alejandro Díaz.- En el 2021 estaremos frente a un nuevo tipo de elección. Muchos ciudadanos discrepan de todo lo que suena a partidos políticos, pero no hay cambio democrático sin ellos. Y en esta ocasión, complicada al elegir simultáneamente el mayor número de funcionarios públicos, tendrá que ser con ellos. Es una elección preparada años atrás para concentrar la absurda dispersión de elecciones locales, pero la joya de la corona de esta elección, es la renovación de la Cámara de Diputados.

La situación especial de un presidente que concentra atribuciones en forma exagerada llevó considerar que la mejor forma de limitar sus excesos es contar con un Congreso como contrapeso efectivo.

En la renovación de la Cámara no faltarán contendientes, pero tampoco habrá un sólo modelo de participación. Ciudadanos organizados que no creen en los partidos políticos se quebraron la cabeza para proponer que los partidos opositores se unieran para enfrentar al que está en el gobierno, nombrando en cada distrito como su candidato a un ciudadano apartidista. A pesar de no creer en los partidos, buscan que acuerden entre ellos para decidirse por un candidato en común escogido de entre ciudadanos no afiliados para enfrentar al partido en el poder.

Sin negar la bondad de la propuesta es preciso decir que es por lo menos complicada. Los partidos ciertamente coinciden en que sólo trabajando unidos pueden arrebatarle la mayoría de asientos al partido del presidente. Sin embargo, unificarlos es tarea de gigantes, de héroes épicos, y hacerlo para apoyar a un candidato políticamente puro, es aún más complicado.

A pesar de lo anterior, tres de los partidos nacionales están en proceso de acuerdo en casi la mitad de distritos. No fue posible en los 300 porque hay distritos que alguno de los partidos considera que por sí solo puede ganarlo. En esos casos no hay acuerdo alguno y falta ver si el partido que lo reserva se impone. Pero lo mismo puede decirse de los distritos en que los partidos ya acordaron apoyar a un mismo candidato para poder ganar aunque los pronósticos así lo indiquen. Falta la campaña electoral y que los candidatos demuestren su valía en esta breve ocasión. Recordemos que la elección será el primer domingo de junio (no de julio).
El resultado posiblemente diferirá de distrito a distrito. Esa elección probará que somos un país federal y que cada uno de los distritos tiene particularidades más allá de si son rurales o urbanos. No va a ser fácil para los estrategas de comunicación diseñar campañas paraguas que abarquen todo o parte del país en apoyo a los candidatos. Será una campaña donde los candidatos, no los partidos, serán las figuras centrales. Esos ciudadanos ganarán por su carisma más que por sus propuestas. El apoyo partidista podrá ayudar pero no será determinante. Los indeseables partidos, estarán esta vez afortunadamente moderados por organismos ciudadanos que esperemos contribuyan como contrapeso electoral.

Como además con esta renovación se elegirá casi la mitad de los gobernadores del país, prácticamente todos los Congresos locales y buena parte de los casi 2,500 ayuntamientos estaremos en un proceso inédito. En los lugares donde haya candidato a gobernador y seguramente también donde haya candidato a alcalde (de ciudades con varios distritos), éstos darán un impacto adicional a su partido o coalición en la medida que su personalidad sea fuerte.

Estimado lector, conozca a sus candidatos y decida oportunamente por cuál votar el 6 de junio.