EL RIESGO DE NO TENER IDEA
Por René Mondragón
LA FACILIDAD
Cuando no se tiene una idea clara, un proyecto, una metodología que permita el análisis, la reflexión, la identificación de problemas y las propuestas de solución, la mezcla entre el poder megalómano, las ocurrencias, las fobias sobre el sector privado y las filias con tesis disolventes que dividen a la sociedad, se vuelve una mezcla harto explosiva.
Está probado que el mandatario mexicano solo ve las cosas, las valora y decide, desde su propia lente omnisapiente, omnisciente y única. Lo demás no cuenta, a excepción de la presencia y la adulación magnificente de aquellos que lo llenan de incienso en las mañaneras y por todo el resto del día. Solo eso cuenta.
De esta forma, la facilidad para tomar decisiones sobre cualquier cosa, es verdaderamente peligrosa. La lista es tan larga como conocida. Va, desde las intentonas de quedarse con los dólares del Banco de México, pasando por reventar 109 fideicomisos, continuar con la esquizofrenia de Santa Lucía, el chu-chu Maya, un INSABI que continúa en lo etéreo e imaginario; hasta las nuevas maromas del delfín de palacio que, en buenas matemáticas, lograrán que los mexicanos se vacunen contra el COVID19 en las siguientes décadas. No antes. Pero, es fácil hacerlo en México.
De esta forma, surge una titular de Gobernación que no define nada en el tema de la gobernabilidad; un encargado de la seguridad de las familias, que tira la toalla y quiere ser gobernador presumiendo un trabajo y logros que jamás alcanzó. El invisible secretario de salud que nunca está cuando se le necesita. Un ministro de educación que solo sabe salir en la tele para avisar que se posponen las clases presenciales. Un funcionario muy cercano al presidente, cuyo papel es ser el gatillero y espada de Damocles sobre los que disienten y critican al mandatario, tal y como le ha sucedido a la doctora María Amparo Cassar y a varios más. Así es más fácil “gobernar”. Sin estorbos.
TRAGICOMEDIA MEXICANA
Existe una coincidencia fenomenal entre Nicolás Maduro y el presidente macuspano: Ambos creen que, decretando aumentos de sueldos mínimos, los problemas de “primero los pobres”, aunque esto acabe por asfixiar a las empresas micro y pequeñas que todavía, con enorme hidalguía, se atreven a sostener los empleos y aún no han bajado la cortina. La tragedia es inminente y letal. Pero eso no importa al funcionario. Lo ideal es ganar la proclama –a la que es proclivemente adicto- y satanizar al mismo tiempo al empresario y los emprendedores, “en nombre de los trabajadores”, aunque haya cientos de miles que se han quedado y se quedarán sin empleo por las medidas tomadas por el presidente.
PITONISOS
La bola mágica en Palacio Nacional ha hablado. El oráculo mañanero ha hablado. El aumento “al salario no quebrará a empresas”…. Además, el “daño se verá en 4 meses” como asegura Carlos Salazar del CCE, porque, evidentemente, el impacto no es inmediato, como también asegura la nota de la redacción de Animal Político.
Y el flamígero vuelve a atacar. Lo que el empresariado nacional opine, sobre el 15 por ciento de aumento salarial, tiene sin cuidado al mandatario, porque se trata de opiniones insensatas, porque según destacó el presidente, “Es insensato hablar de que esto va a afectar la economía, en la economía ¿no cuentan los trabajadores?”
DE TERCER SEMESTRE DE ECONOMÍA
Cualquier estudiante de tercer semestre sabe que cuando los aumentos de sueldo se decretan así, se produce inflación y el golpe que reciben las empresas es letal. La COPARMEX calificó como “incremento irracional” y el calificativo no es excesivo, porque el riesgo abarca a 700 mil empresas en los siguientes tres meses.
La razón es obvia. Toda la carga del aumento, va impuesta va teledirigida a los microempresarios en especial, además de que la combinación con el incompetente manejo de la pandemia, coloca a todos frente a una inminente clausura y desaparición de miles de fuentes de empleo.
MALA DECISIÓN
Así lo señaló, el CCE. Inoportuna, inadecuada, deficientemente planeada; en medio de un cuadro de salud sostenido con alfileres. Sí, es necesario ser solidarios con los trabajadores, pero no así, porque al escribano le recuerda el veterotestamentario chiste: “Señora, una noticia buena y otra mala. La buena, su hijo ganó la medalla de oro en buceo sin tanques…La mala: ¡Se ahogó” Ese es el riesgo de no tener ideas.