CABIFY, ¿cómplice en la muerte de Mara?
- UBER Y CABIFY ¡NO SON SEGUROS!
- Mara le brindó su confianza y éste la traicionó
Por: Hugo Pichardo
La muerte de Mara, la chica que en Puebla fue vista por última vez con vida por un chofer de CABIFY y que hoy confirma el gobierno de Puebla que está muerta a manos del mismo operador, es una verdadera lástima para todos los espectadores, es una pena enorme para la familia y conocidos, y es una verdadera vergüenza para el ineficaz gobierno.
Pero hoy más que hablar de los anteriores, quiero expresar la rabia, molestia, enojo y decepción que me llena el conocer estas plataformas que hoy en día, son herramientas indispensables para el desplazamiento de mucha gente: CABIFY, UBER y otras más.
Te hablo desde la otra cara de la moneda: como “asociado” de UBER. Te hablo como una persona que se dio la oportunidad de pertenecer como dos figuras de socio en esta apps: dueño del coche y conductor.
Te hablo molesto porque a pesar de que diario sucede algo en estas apps (robo, acoso, choques, etc.), la muerte de la joven en Puebla, me dio una fuerte sacudida para no postergar más mi queja y consejo.
Lo primero que diré es: NO tomen este tipo de transporte como SEGURO. Si bien es cierto, desde hace algunos años, dejaron de tener confianza en los taxis, hoy es más que NECESARIO poner la misma (o más) atención en este transporte.
¿Por qué? Muchas veces la gente habla de lo que le han platicado. Hoy te diré mi experiencia:
UBER llegó a México presumiendo y loándose de su seguridad, lo cual hasta cierto punto era realidad, ya que hacían un examen exhaustivo a sus choferes. Un examen que implicaba estudiar, conocer. Un examen que si bien recuerdo, constaba de 4 partes: conocimiento de la ciudad, psicométrico, psicológico y toxicológico. Un examen que no sólo ponía a prueba a los choferes, sino que además, alejaba a los flojos y a las malas personas (o al menos en su mayoría).
Gracias a esto, UBER tuvo mucha aceptación. Gracias a esto, UBER tenía cada vez más clientes, cosa que hizo que buscara la forma de tener cada vez más asociados.
Recuerdo bien que las “trabas”, los “filtros”, comenzaban a desvanecerse. Recuerdo bien que fueron agarrando al azar. Recuerdo bien que fueron eliminando el examen toxicológico y que sólo lo hacían a algunos. Recuerdo bien que comenzaban a prescindir de sus psicólogos practicantes (al menos eso parecían). Recuerdo que comenzaron a acreditar a muchos. Recuerdo aún cuando el examen ahora lo podías hacer en tu computadora. Recuerdo aún cuando al hacerlo en computadora algunos reprobaban. Hasta que llegamos al punto donde hoy, al menos en mi experiencia, de 100 personas que presentan el examen, 99 lo pasan (y eso al azar).
¿Qué pasa con esto? Resulta que la voz se corre… ¡Para ser chofer de UBER sólo hay que hacer un examen que todos pasan! Y aquí es donde llegamos al gran problema. Porque lo que más abunda entre las filas de UBER (y no dudo que en las otras apps también), son rateros, gente floja, choferes que sólo quieren sentirse en un coche nuevo por primera vez en su vida. Abundan choferes que buscan trabajo fácil (que ni los taxistas esperan al agarrar un taxi). Y hoy en día no dudo ni por un segundo que existan las peores aberraciones: violadores, asesinos, pedófilos, etc.
UBER ya no es seguro y me aventuro a decir (sin señalar al 100%) que las demás aplicaciones tampoco. Porque incluso los filtros de algunas de éstas, son eliminados al presentar tu “certificación” en UBER.
Es aquí entonces donde te repito, UBER no es seguro y las otras tampoco. Vivimos en un mundo donde la gente mala aprovecha los espacios de la gente buena, para hacer de las suyas. Vivimos en un mundo donde la empresa que gana millones por día, al tener un percance como el de la chica allá en Puebla, sólo manda condolencias.
Estamos atrapados, porque a mí como socio me han robado llantas (los choferes), me han quedado a deber cuentas, me han robado celulares, han chocado impunemente mis autos, me han robado el coche y UBER sólo acierta a decir: lamentamos lo ocurrido. Hace pantomima del caso, “elimina” la cuenta del chofer ratero, deudor, mal agradecido. Y entre sus filas tiene a gente que por la mínima cantidad de $1000 (o hasta menos) borra el registro y lo activa de nuevo y sigue siendo impune.
UBER (y hoy queda demostrado con la muerte de Mara) y CABIFY, no son seguros. No te digo que dejes de tomarlos, sólo NO confíes demasiado en ellos. Como usuario denuncia y exige. Ponte alerta, toma tus precauciones, avisa a tus familiares, no viajes sol@ y ten presente el 911.
No lo aseguro, y no acuso, pero en mi pensamiento jamás dejará de estar presente que en la muerte de Mara, CABIFY también es cómplice, porque en mi mente, jamás dejará de estar presente que a estas apps acude mucha gente que ya no tiene escapatoria laboral. Porque en mi mente jamás dejará de estar presente que los procesos son erróneos, que los filtros son simulados, que no hay una verdadera revisión de choferes, autos y demás. Y recalco: no puedo acusar, pero en sentido común (y con el derecho que tengo de libre expresión) para mi CABIFY es culpable también por la muerte de Mara, una usuaria más que le brindó su confianza y éste la traicionó.