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La relevancia del Poder Legislativo (Primera parte)

Esther Quintana.- Sin duda la institución más importante del Estado moderno es el Poder Legislativo o Parlamento. Cuando se define el término “parlamento” se hace referencia a la institución representativa, por antonomasia, de un Estado, conformada por los propios ciudadanos vía comicios electorales abiertos, que participa de forma insustituible en la generación de la voluntad general del Estado mediante la aprobación de las leyes, la aprobación de los ingresos y egresos del Estado, el nombramiento o ratificación de ciertos funcionarios de los otros poderes y la de constituirse en control del Poder Ejecutivo. Según el régimen imperante, se le denomina Parlamento o Congreso. En un régimen presidencialista, como el mexicano, la denominación es Congreso. Su origen se remonta a muchas centurias atrás, en la Curia Regis o Concilio, típico de la Edad Media, en la que se conformaba con la nobleza y el alto clero. Más tarde pasaron a formar parte de la misma otros sectores, como el de los señores feudales, mandatarios de las ciudades o burgos, haciendo que el parlamento se separara del ámbito de la realeza. En el devenir del tiempo empiezan a tener más representación los miembros de la sociedad, hasta que paulatinamente sus facultades son asumidas por otros órganos del estado.

¿Cuál es la importancia del Poder Legislativo en nuestros días? Es el más importante de todos los órganos del estado, no sólo por la trascendencia de sus funciones, sino por la dimensión de lo que abarca. Empezaré por destacar que es el órgano que garantiza el Estado de Derecho. ¿Por qué? Porque es el que legitima a los otros dos poderes del Estado y los órganos que asumen su ejercicio, pues representa la voluntad designada a través del sufragio en elecciones libres y competitivas. Con su surgimiento se combate el autoritarismo y la injusticia en los regímenes políticos, a más de que se le atribuye paulatinamente la soberanía de los ciudadanos, privilegiando el valor de la persona, eje central de toda organización social. Desde su ámbito de actuación se fijan funciones específicas y complementarias de cada uno de los órganos del Estado, dividiendo el ejercicio del poder, sin lo cual no existiría la democracia.

Asimismo, el Poder Legislativo, nació para promover y defender los intereses de los ciudadanos, de ahí la relevancia de la representación política que ostenta y que tiene mayor legitimidad que la de los otros poderes, puesto que se integra con representantes de las diferentes fuerzas políticas y sociales, mayorías y minorías, con ideologías y programas diversos, cuyos acuerdos en consenso representan en mayor o menor grado la voluntad popular. Una de sus tareas sustantivas, y la destaco, estriba en canalizar las inquietudes y las quejas de sus representados ante los administradores de los recursos públicos. Por ello y todo lo que hemos apuntado, el Poder Legislativo más que un órgano político, es un órgano social. Es también el gran diseñador del sistema jurídico porque en su seno se genera la ley, que es la máxima expresión de la voluntad popular. Con este quehacer influyen en el destino de la patria, toda vez, como ya lo hemos señalado, son los hacedores de las reglas que regulan la vida pública de una nación, los que reglamentan las relaciones de los particulares entre sí y de estos con los órganos del Estado, los que imponen las contribuciones, los que señalan como se dirimen las controversias, los que ratifican diversos nombramientos, son además, los únicos facultados para corregirle la plana al Presidente de la República, etcétera. Sus decisiones afectan para bien o para mal al País entero. Cuando estas tareas no se realizan con pulcritud y eficiencia se producen problemas tan graves como los que hoy vivimos en nuestro país. De ahí la relevancia de elegir con inteligencia y cabeza fría, no con dádivas ni con criterios de rentabilidad electoral, a quienes se les otorga semejante responsabilidad.

Continuará…