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CUIDAR EL AGUA

Por Alejandro Díaz.- La advertencia ya es añeja, las siguientes guerras serán por el agua. Muchos no lo creyeron y otros tantos aún no lo creen, pero ya comienzan a aflorar conflictos nacionales e internacionales por esa causa. Las bajas aún son limitadas pero pueden escalar rápidamente si el agua disponible no cubre las necesidades humanas, agrícolas y fabriles. La disponibilidad siempre ha sido escasa en la mayor parte del planeta y está peor repartida que la riqueza de las naciones.

El agua está concentrada en pocos países: en los europeos, en Canadá y EUA, en buena parte de Sudamérica, en los países del centro de África y en el Sudeste asiático. Aún dentro de México no hay una sana distribución: el agua abunda sólo en Tabasco y en Chiapas, escaseando en el resto del territorio. El 10% de los mexicanos carecen de acceso al agua. Recordemos que disponibilidad depende en principio de la lluvia y de su almacenaje, o del uso de aguas subterráneas.

Los seres humanos hemos aprendido con el paso del tiempo a conocer cuando llueve, y cuando no. Nuestros ancestros ingeniaron formas de captar y almacenar las precipitaciones para aprovecharlas en escasez. Ahora tenemos grandes presas destinadas a almacenar agua para riego, para consumo humano y para uso industrial. Pero a esta generación le corresponde aprovechar el mayor recurso disponible y del que casi no hemos aprovechado, desalando el agua de los mares. Queda el reto.

Pero mientras encontramos la forma de aumentar la disponibilidad del líquido tenemos que disminuir, por un lado las fugas y el desperdicio, y por otro, el consumo diario. Este último no es tarea de los demás, lo tenemos que hacer todos, y pronto. Estamos obligados a encontrar formas de reutilizar el agua y de reducir ese consumo, así como abatir el desperdicio tanto en casas como en las redes de abastecimiento.

Se calcula que el 40% del agua potable disponible se pierde por fugas, y el restante está muy disputado. La agricultura lo requiere y ciertas industrias (especialmente cerveceras y refresqueras) lo demandan en forma importante, dejando volúmenes restringidos para el consumo doméstico.
A meses de distancia vemos la importancia de la defensa de La Boquilla que hicieran los agricultores de Camargo. De no haber estado firmes, estarían en estos momentos tronándose los dedos por falta de agua de riego. Al mismo tiempo indigna la disminución del presupuesto al rubro Agua, incluida el organismo CONAGUA, en más de un 40%. Sin dinero, sin funcionarios capacitados y sin ser prioridad para este gobierno, en el corto plazo van a seguir las dificultades de abastecimiento de agua. La advertencia de que se restringirá el suministro al Valle de México el 27 y 28 de mayo, imprudente en vísperas de la elección del 6 de junio es una osadía que pueden pagar muy caro los candidatos oficialistas pues la población cada vez es más consciente de que en México no se están manejando los recursos públicos en forma adecuada.

Independientemente de lo que el gobierno federal o los estatales hagan, los ciudadanos podemos hacer mucho. Debemos seguir cuidando que no haya fugas dentro de casa, que no desperdiciemos el líquido, que no lavemos patios ni autos con manguera, que seamos prudentes en su uso.

Para grandes partes del país el estiaje seguirá por más que ya se anuncien las primeras lluvias a consecuencia del huracán Andrés, coincidencia casual de nombre de quien debiera preocuparse por aliviar la sed del país. Él simplemente ignora el tema y desprecia sus posibles soluciones.