EL SUR SÍ PUDO CAMBIAR
Por Alejandro Díaz.- Por centurias toda la región sur del país ha estado deprimida. Sin una industria fuerte como en el norte ni los miles de pequeñas y medianas empresas del centro, el sur se dedica a actividades primarias: agricultura, ganadería y silvicultura. Lejos de la capital y sujeto a los designios de los hombres fuertes locales, poco menos que señores feudales, la población del sur padece profundos atrasos en nivel de vida e ingresos. Educación, Seguridad, Salud y capacitación para el trabajo son materias pendientes.
Si bien muchos países comparten la situación de que la zona sur es la más atrasada, pocos de ellos intentan mejorar los atrasos e igualar en lo posible las regiones. Aunque no haya muros físicos que las dividan sí hay grandes diferencias en servicios, escuelas, hospitales y en general en infraestructura, pero también en actitudes, educación y en esfuerzo personal. Lo que en México se intentó en el pasado, y lo que actualmente se hace es insuficiente e ineficaz, además de que no contribuye a evitar que sean presa del crimen organizado.
Nuestras regiones sureñas (en especial Guerrero, Oaxaca y Chiapas) han sufrido atrasos por más de 200 años, y los esfuerzos de los gobiernos del siglo XIX y XX, incluyendo los de la Revolución, apenas han cambiado sus niveles de vida, su educación o su alimentación. En teoría ya no hay señores feudales, pero la vida actual de los campesinos es similar a la que tuvieron sus tatarabuelos y el resto de sus antecesores.
Intentar cambiar al Sureste Mexicano con proyectos faraónicos no es suficiente para cambiar la idiosincrasia ni puede detonar su desarrollo. De lo que se ha hecho público (una refinería, un tren turístico y otro interoceánico) no se ve interconexión alguna ni se complementan. Su dispersión augura uno o más fracasos que dejarán él área nuevamente en el abandono.
Al contrario de lo que hace actualmente la administración federal mexicana, el Ministerio para el Sur de Italia está cambiando radicalmente esa región. La Ministra Mara Carfagna ha decidido construir nuevos puertos, carreteras, ferrocarriles, túneles, puentes, universidades y hospitales. El gabinete ha apoyado que el 40% de la inversión estatal tenga como destino esa región para igualar su desarrollo al resto del país. De esa manera se elevarán los niveles de vida y la juventud no necesitará emigrar para encontrar trabajo y mejorar.
Hay todavía problemas por resolver también en el resto del país porque no todos ven con buenos ojos que se concentren recursos en zonas poco productivas. Se requiere una intensa campaña de relaciones públicas y de apoyo político para generar los soportes necesarios en el centro y en el norte del país para que el rescate del sur sea posible.
Un problema a resolver es la presencia de organizaciones criminales en la región -Mafia, Ndrangheta y Camorra. Éstas no son muy diferentes a los cárteles del narcotráfico que dominan buena parte de nuestro territorio. El Ministerio está alerta para que éstas no intenten aprovechar las inversiones en la región mediante empresas que aparentan ser negocios legítimos. Sin embargo, con inteligencia salvarán este obstáculo para lograr que el sur de Italia reciba el impulso necesario para elevar niveles de vida y competitividad.
Muy diferente se ve el camino que recorre el gobierno mexicano. Aquí no se ve plan, se aplican recursos en inversiones inconexas, no se sabe de cómo medirán los avances y menos se intenta un plan publicitario para que el resto del país apoye al sur. Para esa región-y quizá para todo el país- éste sexenio otra vez será una oportunidad perdida.
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