El conformismo que inspira el presidente AMLO nos aleja de la urgencia que tiene México para salir de la crisis: Romero Hicks
Ciudad de México, 4 de julio de 2021.- Ante la situación de emergencia, México necesita la convocatoria de un Estadista que llame a cerrar filas para superar las crisis que vivimos y ya no más la arenga polarizante del jefe de campaña de un proceso electoral que ya terminó; es momento de emprender la reconstrucción del país, la que jamás se logrará vendiendo una zona de confort que asegura que la nación está como si no tuviera problema alguno.
Así lo afirmó el coordinador de los diputados federales del PAN, Juan Carlos Romero Hicks quien agregó que lo más contraproducente para ir a la raíz de las soluciones que resuelvan los graves conflictos en salud, economía, inseguridad, educación, pobreza y desigualdad, medio ambiente, corrupción y la defensa de las instituciones democráticas y el Estado de Derecho, es presumir y simular que este gobierno ya lo ha arreglado todo y no existen dificultades que remediar.
La realidad nos confirma que, en tres años, México se ha hundido en la incertidumbre porque el gobierno de Morena nos ha quedado a deber en economía, salud, seguridad, atención a las mujeres y a las pequeñas y medianas empresas; el aplauso fácil de sus seguidores solamente nos encamina hacia la precariedad, la mediocridad y el conformismo, pero no va con el espíritu de superación que anhelan las familias mexicanas.
Tenemos que corregir el rumbo y no es con pseudo informes carentes de autocrítica y de una convocatoria a trabajar todos para enfrentar una realidad en la que aumentó a más de 60 millones el número de pobres y las enfermedades por falta de medicamentos.
A nadie se debe escatimar la celebración por los triunfos habidos, sin embargo, lo que todos encontramos en la reunión de Palacio Nacional fue más un acto de propaganda que de información a la ciudadanía.
“El derecho a la información fue una conquista ganada por los ciudadanos que pugnaron tener gobiernos transparentes y responsables del quehacer público, pero el presidente López Obrador ha reducido la obligación de informar a la Nación –como lo establece la Constitución General de la República el 1 de septiembre de cada año–, a múltiples actos para el autoelogio, la demagogia y lo que es peor, la exposición de mentiras”, precisó.
De nada sirve que diga que informa trimestralmente si tenemos un gobierno que habla mucho, pero hace muy poco para mostrarnos su trabajo. Despilfarra el dinero de los contribuyentes sin que el cambio se vea a través de más seguridad en las calles. Al contrario, los robos, los secuestros y los delincuentes se sienten intocables con un gobierno que desde el principio les ofreció abrazos y no balazos.
El presidente y sus seguidores viven desconectados de la población en un mundo irreal, donde hasta la pandemia de COVID-19 está controlada porque, según afirmó, se han recibido 57 millones de dosis de vacunas, pero no informa a los mexicanos de los tortuosos ritmos de vacunación, que tienen a un tercio de la población con una protección a medias, sin permitir la participación de terceros con lo que se ampliaría la cobertura a vastos sectores de la población, como lo han demostrado múltiples naciones.
“Tenemos una gobernabilidad en México detenida con alfileres; las matanzas se producen un día sí y el otro también. ¿De qué paz está ufanándose el presidente López Obrador?” se preguntó Romero Hicks.
Aseguró que cuando el presidente de la República ofrece querer construir a México, “debe entender el sistema republicano que vivimos y por eso le hacemos el extrañamiento de no convocar al otro poder de la Nación, el Congreso de la Unión, así como a los otros congresos locales, ayuntamientos, gobernadores y liderazgos sociales y productivos a dialogar sobre los asuntos de una agenda nacional estratégica. No basta con enviar iniciativas de ley, es necesario verse a la cara, externar posturas, enriquecer las propuestas y mostrarlas a los ciudadanos como resultado de un clima de concordia y cooperación mutua por el país”.
A la mitad de este gobierno, todavía se puede corregir el rumbo, si dejamos atrás la contienda política. Ya no estamos en período electoral. Hoy queremos ver al estadista, no más al jefe de Campaña que pelea con medio país.
“Queremos un México que mire al futuro y no al pasado”, finalizó