SU MAJESTAD AMLO THE FIRST
Por René Mondragón
TRADUCCIÓN
Primera definición: Halagar a una persona con elogios inmerecidos. (https://www.definiciones-de.com) En otra opción lingüística que apunta hacia el verbo “lamber”: Verbo activo transitivo. Este vocabulario en la actualidad se encuentra desusado, era empleado únicamente en Canarias, Extremadura, León, Salamanca en España y el continente americano, se define en pasar con la lengua en cualquier superficie o chupar. (En Bolivia, Colombia, México, República Dominicana y Uruguay) decir o manifestar lo que presume que puede agradar.
“Haiga sido como haiga sido”, “lamber” no deja de ser un peyorativo con el que no solo se ofende, sino que va directo a agraviar el honor de la persona que se dedica a dirigir elogios inmerecidos. Por eso, no solo es “lamer”, sino “lamber” y de ahí el título de “lambiscón” a quien se dedica a “lamerle las botas” a quien sea, con tal de ser tomado en cuenta.
Más aún, este verbo cumple a cabalidad con la CUARTA LEY DE NEWTON que a la letra dice: “Todo lo que se arrastra tiende a subir” Y vaya que en esta administración la práctica se realiza a pie juntillas. (Para cualquier duda, véase a Salgado Macedonio, las maromas de López Gatell o el equilibrio brutal de los floreros en las mañaneras. Y lo peor, tanto incienso, corre el riesgo de tiznar al objeto de tal devoción. Pregúntese a la ticher Delfinita que no acierta una. Si pone un circo, le crecen los enanos. Afortunadamente, no es la única. Ubíquese también a Mario Delgado o la jefa de gobierno. Es decir, ¡Newton acertó!
NO ESTAN SOLOS
A las impresentables definiciones de López Gatell, como aquella de la fuerza moral y no fuerza de contagio, se suma ahora una ironía bastante mal empleada e inoportuna del diputado Rubén Ríos Uribe perteneciente al grupo parlamentario de Morena que padecen los veracruzanos.
Alineado con su sacrosanto patrón que pidió a los Reyes de España y al Papa que pidan perdón por “los atropellos” de la conquista, el sedicente legislador se lanzó al ruedo por chicuelinas en un lance suicida: Pidió dos grandes deseos que, ni el espíritu de Alfred Hitchcok hubiese imaginado.
De inicio, sugirió a su patrón que organizara a las fuerzas vivas de Morena, para DIRIGIR la INVASIÓN A ESPAÑA. Algo así, como en una especie de “desagravio” a los llamados pueblos originarios.
NO QUEDÓ EN ESO
Todo sea en el nombre de la “Lambistocracia”. El susodicho diputado morenista hizo un verdadero margallate de su reducido mundo lingüístico, cuando reclamó a los dioses en su cuenta de Facebook: “Hay que invadir España y llevarles la república. No puede ser que sigan teniendo un rey en pleno siglo XXI”
Y a esos niveles epistemológicos el escribano no llega, porque el señor representante de algún trozo del pueblo bueno y sabio, se fue de Jom Ron: Ni más ni menos, demandó “hacer Monarca” al presidente.
Como era de esperar, el escribano se sumó a la enorme fila del público filarmónico mexicano que al unísono gritó con estentórea voz: ¡¡¡Diputado, la porra te saluda!!
Ante la hilarante pitorriza que le propinaron al morenazo, agregó otro neologismo para que la Academia se encargue de encontrarle algún sentido. Acusó de “fachos” –con cualquiera que esto sea y/o pudiera llegar a ser, a quienes nos confabulamos mundialmente para “botanear” –valga el otro neologismo- al señor legislador.
PARA QUE NO HAYA DUDAS
Como dice el maestro Enrique Krauze, había que encontrar al “enemigo exterior”. El pequeño diputado acusó a la “prensa vendida” de no conocer el sarcasmo y la ironía, por ser parte de los “huérfanos” de las pensiones millonarias que les daba el estado neo-liberal”
Este amanuense quiere suponer que las pensiones multimillonarias no tienen madre, por dejar en la orfandad a la prensa vendida.
Ni modo, confieso que mi IQ no alcanza para deglutir tanta estulticia. Será que, ¿los mexicanos deben prepararse para saludar a Su Majestad, AMLO The First?