¿BAJÓ EL GAS?
Por Alejandro Díaz .- En uno de los más recientes desplantes del inquilino de Palacio decidió que bajara el costo de gas al usuario. Sin conocimiento de la ley de la oferta y la demanda decidió crear la paraestatal “Gas Bienestar”, lo que no aumentó la disponibilidad del producto. Creyendo que el poder presidencial lo puede todo, decidió controlar la distribución final para resolver el problema. Se equivocó en lo fundamental. No sería difícil que pronto envíe una iniciativa para reformar tal ley, por absurdo que parezca.
No es posible garantizar un abasto conveniente a un precio razonable sin que se aumente la disponibilidad. Cierto que puede restringirse en forma artificial el consumo, como fue el caso cuando dejaron de surtir gasolina “para combatir el huachicol”, afectando a los consumidores. Eso fue una muy mala decisión de política pública, lo que ya se ha vuelto costumbre.
La solución de la 4T es regresar más de 50 años el reloj y controlar la distribución para simular que hace algo. Gas Bienestar no puede generar más producto, podría competir si ofreciera un mejor servicio, pero ni eso. Suministra tanques nuevos (quizá sólo recién pintados) con buen equipo de transporte, pero tiene que igualar o mejorar el servicio personal de los trabajadores. Ellos bajan los tanques del camión y lo llevan cargando a las viviendas, a veces a departamentos del tercer o cuarto nivel y los conectan; igualar o mejorar su trabajo requiere que se les entrene y capacite. Estos trabajadores a sueldo de las empresas a menudo complementan su sueldo con propinas. ¿Hay una propuesta de mejora?
Pero el precio internacional del gas ha seguido subiendo. Tanto el LP que es el de consumo doméstico y de pequeñas empresas como el gas natural que consumen las grandes empresas, incluida la CFE. Y el inquilino de Palacio no puede hacer nada al respecto, excepto ordenar dejar de usarlo. Aunque esto último parece fácil implica que cambiemos -pueblo y gobierno- costumbres y nuestra forma de vivir. ¿Se va a promover cocinar con leña o con hornos solares?
Los ciudadanos hemos aprendido a que las soluciones mágicas en la mente del inquilino de Palacio sólo existen en su mente, pero nunca aterrizan en soluciones prácticas ni económicas. Ya vimos que no acabó con la corrupción cancelando un moderno aeropuerto, y que su propuesta alterna de aeropuerto ha sido más cara y tardada que la original. Y falta ver la calidad y el servicio que puede proporcionar, pero todo apunta a que ambos serán de dar pena. La tan promovida refinería de Dos Bocas saldrá más cara de lo que nos dijo el inquilino, y va a estar lista para cuando se empiecen a vender autos eléctricos por todo el país. Quizá el Tren Maya sí pueda dar un buen servicio, pero hasta este momento sólo se ha avanzado donde ya estaban las vías originales del ferrocarril.
Es increíble la falta de capacidad del gabinete presidencial. No tiene a personas aptas para cada oficina (recordemos que el director de PEMEX es ingeniero agrónomo y el de la CFE un abogado especialista en fraudes electorales). Pero además, el inquilino no escucha opiniones distintas a la suya, por lo que ningún subalterno osa contradecir sus equivocaciones más obvias. Así nadie puede compensar las ineficiencias de la 4T.
Los ciudadanos tendremos que sufrir esas y muchas consecuencias de esas ineficiencias porque ni Gas Bienestar conseguirá precios bajos por el gas y también tendremos que pagar más por la energía eléctrica que usamos. Para complicar la generación eléctrica será mucho más contaminante que lo que se comprometió originalmente el gobierno.
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