El fulano que se quiere engullir a Ucrania
Esther Quintana.-
“Homo homini lupus”.
El politólogo Stanislav Belkowski apunta que el abandono de que fue objeto por sus padres biológicos, desencadenó en Vladimir Putin una serie de traumas, que lo llevaron a sentirse solo a gusto en compañía de animales y a desconfiar hasta de su sombra. De hecho los únicos amigos que tiene son sus perros, un labrador, Koni, y un ovejero búlgaro, Buffy. Los estudiosos de la psiquiatría señalan que por lo general, la ausencia de afectos o la soledad llevan al que las carga a desarrollar una apariencia fuerte. Y esto coincide con el comportamiento del ruso nacido en San Petersburgo un 7 de octubre de 1952, con frecuencia se exhibe como macho dominante. Ahí están sus fotografías con el pecho desnudo, terciado con fusiles, montado en una Harley… para vender una imagen de macho, de superioridad masculina. El machismo engendra conductas violentas. El escritor Erich Schmidt-Eenboom, afirma que el ex agente de KGB ejercía violencia física sobre su ex mujer, allá por los 80, y que hoy no tiene ninguna relación ni con ella, ni con las dos hijas que engendró durante el matrimonio, Mariya y Ekaterina, de 37 y 36 años respectivamente. La obsesión de Putin es ejercer el poder a través del miedo. De modo que hoy se está regodeando con la invasión a Ucrania. E igual que otros individuos de su mismo tamaño, se escuda en su delirio por devolverle a Rusia su relevancia territorial y política como en los tiempos de la URSS, así metió Mussolini a los italianos a la guerra, les dijo que le iba a devolver a Italia el esplendor de Roma. Hace tiempo Angela Merkel expresó que Putin: “Siempre ha tenido una imperiosa necesidad de demostrar quién es el más fuerte”.
Siempre han existido individuos de esta ralea. Me viene a la memoria, el nefasto emperador romano Nerón, criminal y loco. Los baños de sangre y agresión, el incendio de Roma, el obligar a su pueblo a que lo escucharan cantar, so pena de muerte. O Calígula nombrado cónsul a su caballo y sus relaciones incestuosas con sus hermanas. Y en América también tenemos galería de este tipo de sabandijas, Rafael Leónidas Trujillo, el dictador dominicano que haciendo gala de su perversidad mandó asesinar a 30 mil haitianos a machetazos, diciendo que era un desperdicio gastar balas en ellos. Y hoy en pleno siglo XXI Vladimir Putin se lanza contra un país que ni de broma tiene un ejército armado como el de Rusia. Hemos visto, a través de la televisión, el horror, el llanto de los ucranianos, su angustia, el tener que salir despavoridos de su tierra, de su casa, de los vínculos que les unen con su país, y todo por el capricho de un desgraciado enfermo de poder. Putin es un megalómano, encaja en el perfil. Apuntan los expertos que: “La megalomanía se traduce como un síndrome paranoico de grandeza y persecución potenciadas, de tal suerte que toda su fuerza se canaliza hacia sus acciones públicas, con una extraordinaria capacidad de trabajo, energía y vitalidad”.
Todo apunta, a que el Presidente ruso está decidido a provocar un genocidio. Ya les hizo un llamado a los militares de Ucrania a tomar el poder y asegura que con ellos “será más fácil llegar a un acuerdo” para poner fin a la operación militar rusa. “¡Tomen el poder en sus manos! Por lo visto con ustedes será más fácil llegar a un acuerdo que con esa banda de drogadictos y neonazis que se ha asentado en Kiev y tiene secuestrado a todo el pueblo ucraniano”, esto lo declaró en una reunión con el Consejo de Seguridad de Rusia dedicado a la operación militar. Está llamando al ejército a dar un golpe de estado. ¿Qué derecho le asiste a Putin para invadir Ucrania? El mismo que le asistió a Hitler para invadir Polonia y desatar la Segunda Guerra Mundial. Me sobrecogió el llamado desesperado del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, pidiendo ayuda a los países del mundo, en estos momentos en que el suyo está a punto de ser engullido por la voracidad de Putin. La respuesta en lo militar es CERO, las sanciones son de tipo económico y nada más. ¿Se imagina, estimado lector, lo que sienten los ucranianos cuando ven su ciudad –hablo de Kiev– rodeada de tanques y las alarmas antiaéreas sonando ante el inminente ataque y el ruido de las explosiones a distancia? El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, declaró que Moscú estaría dispuesto a mantener conversaciones con Kiev, pero solo una vez que el ejército de Ucrania haya depuesto las armas y que si están invadiendo Ucrania es porque quieren que el pueblo ucraniano sea independiente y tenga la posibilidad de definir libremente su destino… Ah…y ya amenazó Vladimir a Finlandia y a Suecia.
¡Qué horror! ¿De qué estamos hechos los humanos? ¿Somos humanos?