PÉSIMO NEGOCIO, Y ADEMÁS REGRESIVO
Por Alejandro Díaz.- El inquilino de Palacio está como Putin, cree que puede emprender cualquier ataque sin pensar en las dificultades. El líder ruso nunca tomó en cuenta ni el espíritu del pueblo ucraniano que se creció a la invasión ni el liderazgo que asumió su presidente Volodimir Zelensky. Creyó que iría a pasear por el campo y que su ejército no encontraría la mínima resistencia por su sólo prestigio, pero estaba muy equivocado. También el inquilino ha encontrado una resistencia que nunca esperó para aprobar sus reformas constitucionales, en especial la eléctrica.
El inquilino esta semana ha comenzado con una nueva campaña dedicada a hacer creer a su pueblo “bueno y sabio” que las gasolinas no suben de precio en México a diferencia del resto del mundo. Como queriendo afirmar que él no hará un “gasolinazo” como sus antecesores, ha decidido regalar el IEPS (impuesto sobre producción y servicios) a los usuarios de este producto. Lo que se negó a hacer cuando lo solicitó la sociedad civil para igualar los precios de la gasolina en México con los del extranjero, ahora lo hace para evitar comparaciones, perdiendo millones.
Por la guerra Rusia-Ucrania y por las sanciones impuestas por Occidente a Rusia, el petróleo y sus derivados subieron fuertemente de precio. Por ello, la gasolina regular se vende ahora al equivalente a 30 pesos el litro en Estados Unidos y a más de 60 en Europa. La mayoría de las gasolinas que se venden en México provienen de los EUA y se pagan en origen a precios similares a los mencionados, pero con la magia de la SHCP por orden presidencial decidió subsidiar el importe del IEPS para aparentar que los precios en México han impactado menos.
Esta indicación presidencial no es gratuita pues reducirá los ingresos federales en una cantidad importante que se repetirá cada mes en tanto no se de instrucción en contrario. Una indicación regresiva porque lo disfrutarán quienes consuman combustibles a costa de servicios para la población en general. Y todo para poder decirle a sus huestes que no habrá incrementos de combustible… por el momento. Tarde o temprano tendrá que reconocerlo a menos que descienda el precio del petróleo, y por tanto de sus derivados.
¿Por qué está tan enamorado del petróleo? Sigue insistiendo en “su” refinería en Dos Bocas y en eficientar las obsoletas refinerías construidas hace más de medio siglo. La extracción de crudo ya no es como antes, ha disminuido en forma importante de tal manera que vamos en camino de dejar de ser país exportador de petróleo y de sus derivados .
Con ese capricho, el gobierno federal está arriesgando que los dineros públicos se le acaben en muy corto plazo. Dejarán de ingresar al menos 3 mil millones de pesos mensualmente en momentos que todas sus obras emblemáticas (eufemismo para no decir faraónicas) requieren más dinero, y no hay ingresos adicionales que puedan compensar. Se gastarán en favor de los ciudadanos de mayores ingresos que tienen vehículos -incluyendo los residentes norteamericanos fronterizos que cruzan a México para llenar sus tanques con descuento- en vez de solucionar necesidades de su supuesta clientela, los más pobres.
Con esos recursos podrían mantenerse las escuelas de tiempo completo que absurdamente acaba de suspender la SEP y que afectan a las familias de menos recursos, que en su mayoría están en zonas de difícil acceso. Buscan ahorros limitando beneficios a los de menos ingresos y al mismo tiempo dan beneficios, así sea temporales, a los de mayores ingresos. Una política claramente regresiva.
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