Ciudad de México.- Información de 2016 de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revela que la violencia contra las mujeres está extendida en todo el país, 30.7 millones han sido sujetas a actos violentos y discriminatorios alguna vez a lo largo de su vida, estos datos no pueden continuar y debe de haber un esfuerzo nacional por revertirlos, señaló la Vicecoordinadora de Proceso Legislativo de su bancada en San Lázaro, Eloísa Talavera Hernández.

Los datos revelan que no se trata de actos aislados sino de un patrón general ya que, en todas las entidades federativas, más de la mitad de las mujeres ha experimentado agresiones de tipo emocional, sexual, físico o económico, temas que la administración Peñista decidió no enfrentar desde el inicio de su gestión.

Talavera Hernández destacó que en la última década, como lo publican medios nacionales, en promedio cada cuatro horas ocurrió la muerte de una niña, joven o adulta en alguna entidad federativa del país, lo que es inaceptable y debe combatirse.

“Más de 22 mil 480 mujeres fueron asesinadas a lo largo de todo el país, de acuerdo a datos revelados por el INEGI de 2007 a 2016, es una cifra indigna y expone claramente la magnitud del problema de feminicidios que hay en México” señaló.

Talavera Hernández refirió que 25 países acumulan la mitad de todos los crímenes de mujeres en el mundo, en donde México va en incremento y forma parte de las 10 naciones más violentas contra las mujeres en todo el orbe de acuerdo al estudio “Carga Global de la Violencia Armada 2015, todo cuerpo cuenta.”

Es alarmante que nuestro país fue, entre 2011 y 2014, el quinto con el mayor crecimiento en su tasa de feminicidios -pasó de 2.4 a 3.2- solo detrás de Honduras, El Salvador, Bahamas y Surinam, explicó.

Tenemos que transitar, dijo, de los discursos a los hechos, en donde se vea reflejado en el Presupuesto de Egresos de la Federación, así como de los estados y municipios, recursos suficientes para enfrentar este grave flagelo social en todas sus vertientes, partiendo del seno familiar en donde se inculcan los valores primarios que deberán fortalecer el principio de respeto, igualdad y solidaridad entre mujeres y hombres.

Lamentablemente dijo, eso es lo que sucedió en este sexenio con toda la política transversal de género, el gobierno de Peña Nieto simplemente se quedó en la demagogia y lejos de avanzar, retrocedimos y a un costo de sangre.

La legisladora indicó que la violencia contra la mujer es multifactorial y como tal, debe de ser atendida, en donde deben de establecerse acciones paralelas de educación, prevención y atención a las víctimas y persecución de los delitos.

Es necesario, señaló, que la sociedad deje de ver al gobierno como otro ente agresor, porque la cifra negra, la que no se denuncia, es preocupante y debe de alarmar al sistema de gobierno y político mexicano, para entender que estamos en una espiral negativa que terminará pagando un costo cada vez más elevado para las familias mexicanas.

Indicó que se deben de prever procedimientos eficaces de denuncia, reparación e indemnización, así como legislar para que se elimine la defensa del honor como justificación para atacar a las mujeres de la familia o darles muerte y proporcionar servicios de apoyo para las familias en las que haya habido un caso de incesto o de abuso deshonesto.

La Vicecoordinadora de su bancada recordó que el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés) subió en su informe anual a México como el segundo país más violento del mundo, con 23 mil asesinatos durante 2016, solo por detrás de Siria, con 50 mil y antes que Afganistán e Irak con 17 mil y 16 mil respectivamente y de estas cifras un porcentaje elevado corresponde a niñas, jóvenes y adultas de nuestra nación.

Puntualizó que en México, las mujeres no pueden tolerar más gobiernos insensibles que lejos de no dar resultados, con sus acciones las han expuesto para ser un blanco más fácil de agresión, por lo que debe de presentarse el resultado del actual gobierno de Peña Nieto como lo que no debe de suceder en el país para las próximas generaciones.