LA DICTADURA FANTOCHE
Por René Mondragón.-
QUE NO LE DIGAN, QUE NO LE CUENTEN
Para que a nadie le quepa duda, la palabra “fantoche” tiene el siguiente origen (1): La palabra proviene del francés fantoche, lengua a la cual llegó en 1863 del italiano fantoccio, con el significado de ‘títere o marioneta’, para trasmitirla.
Y la misma página consultada, amplía: se afirma que no actúan de acuerdo con sus propias decisiones, sino como movidas por hilos manejados por personajes poderosos que permanecen en la sombra.
En buen romance, el escribano encuentra dos acepciones interesantes sobre el vocablo. De inicio, que en el caso de todas las dictaduras de izquierda o de derecha, fundamentalistas como las dictaduras de género o la LGBT+, usualmente generan la percepción de que se trata –y en eso coinciden todas las tesis extremistas- de exterminar algunos conceptos para implantar los propios, dejando la libertad de expresión, la libertad de creencias y de pensamiento, sojuzgadas al grupo de dictadores que dogmatizan todo lo que exponen.
Como consecuencia obvia, los postuladores de las dictaduras, asumen que ellos y solo ellos son dueños de la única verdad –que es la de ellos y ellas- y que, por lo tanto, nadie tiene derecho a criticar, a debatir o a disentir. Por eso son bien calificadas como dictaduras, en la misma línea del maestro Vargas Llosa.
Lo curioso del tema es que, en todos los casos, siempre subyace un gurú que manipulan como fantoches –marionetas- y se dedican a conseguir monitos de cilindrero para que otros actúen, en tanto que los dictadores funcionan en la oscuridad.
La otra acepción converge. Los político-fantos no se mueven por decisiones propias, sino que reciben las indicaciones de “no mover ni una coma” a cualquier idea, propuesta, ocurrencia o balandronada de su gran caudillo. Y, por lo tanto, obedecen cada hilo que los mueve hacia una dirección prefabricada.
CASOS Y COSAS
Coincidiendo con Raymundo Riva Palacio, una no tan brillante –para no decir grisácea- legisladora del PRI, doña Cristina Ruiz Sandoval, movida probablemente por los hilos de Alito, presentó de forma sospechosa, la iniciativa sobre la Guardia Nacional, que le salvaría el pellejo al presidente de su partido, que, dicho sea, no es lo mismo Alito que el PRI, haciendo notar la intervención de Osorio Chong y Ruíz Massieu en rueda de prensa, en relación con la Alianza con el PAN y el PRD, y el abrazo-chupetón de Adán Augusto con el mismo Alejandro.
Los hilos quedarán en lo oscurito, pero se vieron fuerte. Y el asunto es delicado porque como señala Gene Sharp (1) citando a Yu-Li-Zi: “Algunos hombres en el mundo gobiernan a su pueblo mediante tretas y no por principios rectos. ¿No son éstos iguales al amo de los monos? La gente no se ha dado cuenta de su embrutecimiento. Apenas se les ilumine el conocimiento, las tretas dejarán de funcionar.”
Con un enorme tufo a persecución, empezaron los ataques a la Iglesia católica. El argumento es tremendamente ideologizado y dictatorial: La Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos (FMOPDH) considera que los mensajes religiosos con connotaciones de odio hacia las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, travestis, transgéneros, intersexuales, queer, asexuales y demás identidades y expresiones no binarias (LGBTTTIQA+), representan un ultraje a la dignidad humana toda vez que incitan a la violencia y la discriminación sistemática que se ha simbolizado a lo largo de la historia.
Algunas voces más de Morena han solicitado lo mismo a la Secretaría de Gobernación. La pregunta es: ¿Los hilos de Palacio envolverán al tabasqueño de Bucareli?
Porque de ser así, la Iglesia está sentenciada y condenada sin derecho de audiencia.
(1)De la dictadura a la democracia – Gene Sharp
(2)fantoche – Etimología – El castellano.org
https://www.elcastellano.org › palabra › fantoche
(3) https://cdhcm.org.mx/2020/06/