La alianza con la ciudadanía: factor de éxito en el 2024
Por Tomás Pichardo.- Mucho se insiste en la alianza con la ciudadanía desde las dirigencias nacional y estatales de Acción Nacional. El PAN en diferentes foros ha anunciado que esta relación se fortalecerá para consolidar las posibilidades rumbo al 2024, lo cual es bueno. Una de las acciones que abonaron a la alternancia en el poder en el año 2000 fue la activación de muchas organizaciones sociales no partidistas. Junto con esto, dentro del partido crecieron las estrategia de vinculación con la sociedad, que en aquel entonces se realizaba a través de la secretaría de Promoción Ciudadana. Cabe decir que en los estados en donde el triunfo del PAN fue más contundente, se dio una importante aplicación de programas promocionales en colonias, poblados y ciudades, cuyo acento era la atención a las necesidades de la gente, la creatividad para generar soluciones y la inmersión en cada comunidad.
La ex senadora y ex diputada panista, Adriana Dávila Fernández en su artículo de opinión “Yo, ciudadana” publicado el jueves 2 de febrero en “El Universal”, aborda como eje de su comentario los roles que cierto número de ciudadanos tienen al mismo tiempo: ciudadanos y militantes de un partido. Roles que se expresan colectivamente en los partidos políticos y en los grupos de la llamada sociedad civil organizada.
En esta parte hay un ángulo que es particularmente importante para efectos de lograr que la alianza entre partidos y sociedad civil tenga impacto en los resultados de las elecciones constitucionales del 2024. En este sentido me parece que no se debe dejar de lado el hecho de que la participación ciudadana en ambos campos es poca, en comparación con el total de las personas que votarán.
En otras palabras ¿la alianza con la sociedad civil desde los partidos considera solo a las ONGs, las asociaciones civiles o cualesquiera que sea su denominación? De ser así el universo sería muy reducido y en todo caso poco importante para superar electoralmente al partido en el poder, que llega a una mayor cantidad de gente a través de los recursos públicos y la propaganda gubernamental.
Adriana Fernández comenta que ha participado en el arranque del “Frente Cívico Nacional y en el relanzamiento de Unidos por México”. Y agrega que valora y reconoce “el esfuerzo de muchas personas para consolidar propuestas que apunten a la participación ciudadana en la política del país y, especialmente, en la defensa de la democracia y las instituciones”.
En esta parte de su nota me parece que se encuentra un factor de éxito para los propósitos de la oposición al régimen de la 4 T, dicho factor consiste en consolidar propuestas que apunten a la participación ciudadana en la política del país (…) en la defensa de la democracia y las instituciones”. Lo cual quiere decir que además de relacionarse con los grupos sociales formalmente constituidos, es necesario vincularse con estos para llegar a los ciudadanos no organizados y de ser posible impulsar la organización y la participación ciudadana a través de echar a andar grupos de vecinos, de padres de familia y otros que respondan a la búsqueda del bien común y la solución de problemas comunitarios, sin que vaya por delante el color partidista, simplemente aprendiendo a escuchar y a abanderar las causas que generalmente parten de las necesidades más básicas que podamos imaginar, que no por ello son poco importantes.
Adriana Dávila señala que “En los grupos que se han formado hay, sin duda, expertos en todos los temas: empresarios que saben generar empleos y riqueza; académicos que le apuestan a la formación humana; periodistas que impulsan las voces críticas; deportistas que han destacado en sus trayectorias; ambientalistas que defienden nuestro entorno; científicos que creen en los datos duros” lo cual es cierto, pero no solo están allí, están también en el gran universo de ciudadanos que no están organizados, pero que silenciosamente observan el desarrollo de los asuntos públicos y que en muchos casos han resultado afectados por la situación propiciada por la implementación de las políticas públicas del gobierno federal. Los afectados son un objetivo importante para propiciar el cambio, solo hay que saber escucharlos, atenderlos y acompañarlos en aquello que quieren mejorar.
La exsenadora y ex diputada afirma que hay que buscar espacios -ciudadanos- en los que se puedan aportar talentos, ideas, proyectos y sueños que nos permitan construir el porvenir posible. Y como dije anteriormente, también hay que crearlos. Algunos hay que transformarlos para que sean ambientes creativos, superando la tentación de volverlos lugares de discusiones interminables y peleas estériles, o escaparates de una sola voz -por docta que esta se considere a sí misma-
Siguiendo el razonamiento de Adriana Dávila se trata de “actuar de manera conjunta, con un alto sentido de responsabilidad y rectitud. No es una lucha para ver qué grupo destaca; es la construcción de un frente opositor que demanda compromiso y generosidad, que tenga la capacidad de escuchar, llegar a acuerdos y respetarlos”.