PERMISO PARA AGREDIR
Por René Mondragón
MÁS ALLÁ DE LA POESÍA
Algunas de nuestras adorables y guapísimas lectoras hizo llegar a la mesa de trabajo de este escribano, una frase del Papa Francisco que resulta genialmente extraordinaria, en especial, por el vómito de odio e intolerancia que ruge en el castillo fortificado del zócalo.
El pontífice subrayó, refiriéndose a la mujer: Es ella la que traer la armonía, que nos enseña a valorar, a amar con ternura, y que hace que el mundo sea una cosa hermosa” (1) Sin duda, la alusión contrasta con la cantidad de denuestos, reculaciones y vueltas al golpeteo contra el Poder Judicial, y en particular contra la Ministra Presidenta Norma Piña.
Independientemente de lo poco caballero, profundamente naco y miope en cuanto el respeto constitucional a uno de los Poderes de la Unión, lo que revelan esos acontecimientos, no es solo el afán tozudo por instrumentar una tiranía que ya no pueden negar ni los encumbrados liderazgos del movimiento propiedad del mandatario. Va más lejos.
Sin duda, el primer aspecto es la torpeza en el ejercicio de gobierno es la llamada “ceguera de taller” que fue construida expresamente por el mandatario y sus coreógrafos, para evitar que éste se entere de que hoy tiene mil cosas en contra, a pesar de su natural simpatía en las encuestas. Al momento, no hay quien o quienes se atrevan a contradecir al habitante de Palacio, por lo menos, no en su presencia, porque saben que les costaría la chamba y el odio para toda la eternidad.
Los dislates, las balandronadas, los exabruptos, las amenazas, las agresiones que se le salen sin pensar y que después tiene que recular o inventar más culpables, son visibles con mayor frecuencia. ¡Cuidado! Porque esto implica que él mismo y los cercanos a palacio, se han dado cuenta de que el mandatario ya es plenamente consciente de lo exiguo de sus últimos esfuerzos en el poder y la capacidad menguante que inevitablemente acompaña su desgaste.
CADA VEZ, MENOS FIELES
El presidente cuenta, cada vez y cada día, con menos fieles y mucho me nos leales. La lambisconería, puede apreciarse, flota muy por encima de la lealtad ideológica o por conveniencia. Lo que significa que, el hombre totalmente palacio, se percibe a sí mismo compartiendo la misma soledad con el mobiliario de su enclaustrada morada.
Los ataques furibundos y desproporcionados, como las diatribas recientes lanzadas en contra de Norma Piña, volvieron a poner en la mesa una verdad sabida a gritos: Las mujeres no tienen ni representan ninguna importancia para él.
Por lo mismo, el discurso de odio no solo afecta a la presidenta de la Corte, sino que los adjetivos presidenciales lograron que muchos grupos de mujeres, incluidas funcionarias, intelectuales, académicas y comunicadoras destacadas, reprocharan con todo rigor los desaforados discursos contra ellas.
Si la idea presidencia era denostar a una mujer que, por supuesto, él no quería al frente de la Corte, lo que logró su desprecio verbal fue, unir a todas en su contra, Doña Beatríz incluida.
LA QUEMA DE LA EFIGIE
No es la quema de la efigie de la Ministra Presidenta de la Corte; no es el simbolismo –ya de suyo fuerte al recurrir a “la quema de Judas”, el traidor- eso va mucho más lejos, porque sus filibusteros asumieron que “eso” se convertía en una orden “de arriba” para agredir a quienes el presidente considera sus enemigos. Una especie de permiso para generar más violencia y que la ciudadanía de este país se dé cuenta de que la violencia inspirada, fundada, difundida o tolerada desde el zócalo, es lo que la gente libre de este país puede esperar en breve.
El tema es bastante grave. Muy grave para la democracia, la libertad y nuestra capacidad para disentir.
(1) https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-la-mujer-es-la-que-da-armonia-al-mundo – Febrero 9, 2017