Memento mori… Recordatorio a quienes ocupan un cargo público
Esther Quintana.- Existen diferentes formas de quemarse vivo, desde que hiervan a la víctima, que la incineren en la hoguera, que la mantengan en una olla sobre el fuego, que la dejen encerrada en una habitación sin salida… Sea de una u otra manera, la muerte debe de ser espantosa. Los científicos apuntan que morir quemado es de las peores. La piel se pela, los músculos se queman, los órganos pueden comenzar a hervir o descomponerse en el interior de la víctima. Pueden también desangrarse hasta morir o morir de shock y dolor, asfixiarse.
El lunes 27 de marzo así murieron 38 personas en la estación del Instituto Nacional de Migración (INM) de Ciudad Juárez, Chihuahua. Y lo primero que hizo el presidente López Obrador, típico de él… ¿Ya adivinó? Sí, eso, repartir culpas. Ahora no fue a Calderón, sino a los propios migrantes que murieron incinerados. Y como lo que hace el amo lo repiten sus esbirros, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en quien recae la responsabilidad de la política migratoria federal, de acuerdo a la Ley de Migración promulgada en 2011, se deslindó señalando que la tarea es de Ebrard por ser el titular de la Comisión Intersecretarial de Atención Integral en Materia Migratoria.
Y Ebrard se lavó las manos diciendo que le preguntaran al Instituto Nacional de Migración (INM), nomás faltaba; él andaba en campaña, perdón, en la presentación de su libro. Y todo eso acontece, en mucho, porque está en manos de incompetentes esa responsabilidad, por empleados que no tienen ni la más pálida idea de la tarea que se les encomienda, pero más la del valemadrista que los nombra. La directora del sitio en el que fallecieron estas personas se llevó las llaves a su casa… “Y se va a investigar −como detesto la manoseada frasecita– hasta sus últimas consecuencias”. Al final van a cargársela a los más chiquitos.
Es larga la lista de barbaridades que se trae esta administración. Y todas con un costo a nosotros, los destinatarios de ellas. Paso a otra: la porquería que pretende, vía sus incondicionales, hacer en el INE. En la quinteta de la que salió su presidenta estuvieron estos nombres: Bertha María Alcalde Luján, Guadalupe Álvarez Rascón, Rebeca Barrera Amador, Iulisca Zircey Bautista Arreola y Guadalupe Taddei Zavala. Todas, con excepción de Rebeca Barrera que no tiene antecedentes morenistas, están ligadas directa o indirectamente al gobierno López obradorista. Es de esa quinteta de la que los diputados federales por insaculación eligieron a Taddei Zavala, la sucesora de Lorenzo Córdova.
Con toda claridad la politóloga y maestra en Ciencias Políticas y Administración Pública, Maite Azuela, directora del Comité Técnico de Evaluación, apuntó que cuatro de las cinco aspirantes de esa quinteta a la presidencia del INE y dos hombres que forman parte de otras dos quintetas, no son idóneos para llegar al Consejo General del INE. La especialista expresó en su voto particular emitido en el listado de 20 personas, consideradas como las mejor evaluadas, que: “No cumplen con el perfil de imparcialidad y autonomía que prevé la convocatoria. En algunas personas aspirantes su propio currículum deja en evidencia su trabajo de varios años dedicado a diversos partidos”.
¿De qué se trata? De mandar al sótano los avances que hemos tenido en el fortalecimiento de nuestra democracia. ¿Por qué ese empeño de destruir cualquier institución que constituya un contrapeso al desgraciado presidencialismo? Seguimos arrastrando los lastres deleznables de la hegemonía instaurada por el PRI, ya sabemos lo que han significado para México; todo lo que detestamos de la política a la mexicana, a la que le mentamos madres y maldecimos a diestra y siniestra, hoy quiere ser reinstaurada. No puede ser que no nos importe.
No quiero, como mexicana, como ciudadana, ver convertido al INE en un apéndice del gobierno. Fue un calvario llegar a tener un organismo ciudadanizado organizando y vigilando las elecciones. Y ahora, por los… del que desgobierna al país, ¿vamos a recular cómo los cangrejos? ¿De qué estamos hechos compatriotas? Estoy harta de pillos, sinvergüenzas e incompetentes cobrando en los cargos públicos. ¿Usted no? ¿A usted no le afecta en nada? Con la desaparición del INE van a quintuplicarse. Nomás pondere el desempeño, verbi gratia, de los legisladores emanados de la tómbola. Las sesiones de las Cámaras son una exhibición del desconocimiento del quehacer parlamentario y de la obediencia ciega que le deben al que los llevó hasta ahí.
El lunes de esta semana asistí a la conmemoración del Plan de Guadalupe, en la otrora hacienda del mismo nombre. Vino en representación del Presidente de la República el titular de Gobernación, Adán Augusto López. El discurso, puras mieles y comedimiento. Estoy asqueada de esa política de fingimiento. Me acerqué a él y le solicité que le dijera al Presidente que ya deje de dividirnos a los mexicanos, si es que le merecemos alguna consideración. Me vio como bicho raro, asintió con la cabeza, y siguió su recorrido. Su mirada es la típica del político encumbrado por la indiferencia, la marginación y la complicidad… y éste, además, por su compadrazgo con su paisano.
Memento mori… debieran decírsela al oído a todo el que llega a un cargo público… falta que la entiendan.