Salud Mental y Adicciones
“Los suicidios en México en aumento, el presupuesto para la salud mental disminuyendo”
Éctor Jaime Ramírez-Barba.- Estimados lectores, hoy nace una nueva institución por decreto del inquilino del Zócalo, también firmado por su invisible Secretario de Salud, denominada “Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CNSMyA)”. Como ha sido la costumbre de este gobierno, se eliminan la Comisión Nacional contra las Adicciones y su Consejo Interno, así como el Consejo Nacional de Salud Mental.
El decreto, marcado por la austeridad republicana, señala que todos los recursos, ya mermados, de las anteriores instituciones deberán ser reasignados a la CNSMyA en un plazo no mayor de 90 días hábiles. Además, el derecho de los trabajadores que no sean despedidos deberá ser respetado. Sin embargo, se prevé que serán pocos los que queden, pues la norma ha sido despedir a la mayoría de los de “confianza” o “servicio civil de carrera”, incluso a aquellos que se incorporaron en esta misma administración de la “cuarta transformación”.
Para finales de noviembre deberán emitirse las disposiciones reglamentarias que permitan renovar la esfera administrativa y actualizar las existentes, con el fin de su armonización, incluidas las normas oficiales mexicanas en la materia. Pero, ¿cómo lo van a hacer? El sexto transitorio incluye el “diablo usual”: no se deben autorizar ampliaciones a su presupuesto para el presente ejercicio fiscal ni subsecuentes como resultado de la entrada en vigor del “presente decreto”. Por lo que el “Dictador” también se toma la libertad de “abolir”, a través de los morenistas y sus allegados del Partido del Trabajo y el Verde Ecologista de México, una de las facultades exclusivas de la H. Cámara de Diputados, que es aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). Por cierto, el proyecto de PEF 2024 que presente el presidente López Obrador será el último de su cuestionada administración.
Con lo anteriormente dicho, es obvio que la autonomía técnica, operativa y administrativa de la CNSMyA será una falacia, otro sueño guajiro, que supuestamente tendría por objeto hacer efectivo el derecho a la prevención, control y atención de la salud mental y adicciones a la población mexicana, por medio de un modelo comunitario con enfoque de atención primaria a la salud integral, respetando los derechos humanos, la interculturalidad y la perspectiva de género.
Publican las definiciones de adicción, problemas de salud mental, salud mental, trastorno mental, trastornos mentales y del comportamiento debido al consumo de sustancias psicotrópicas, supuestamente para “efectos del presente decreto”, cuando la Ley General de Salud tiene todo un capítulo y se citan, por ejemplo, el término “salud mental” en 47 ocasiones y el de “adicciones” en 29 ocasiones. Vaya manera de seguir decretando a la ligera.
A quien sea nombrado Titular de la CNSMyA por el Secretario de Salud, deberá tener título y cédula profesional vigente y experiencia probada, de por lo menos cinco años en áreas relacionadas con la salud mental y adicciones. Este es un paso importante, ojalá se respete.
Se le otorgan 26 “atribuciones” al Titular, entre ellas la de elaborar y proponer al titular de la Secretaría de Salud la política, las estrategias y los programas de promoción, prevención, atención oportuna, prestación de servicios especializados de recuperación, tratamiento, rehabilitación, capacitación e investigación en materia de salud mental y adicción (consumo de alcohol, de tabaco, de nicotina y de cualquier sustancia que pueda ocasionar un daño a la salud de la comunidad -¿y la persona?-).
Estará a cargo de establecer y operar el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, el cual debe concentrar la información de las instituciones de los tres niveles de gobierno. Pero, sin la participación de personas físicas, morales, de asistencia social y organismos de la sociedad civil, sería un auténtico despropósito si lo que se pretende es saber cómo están funcionando las políticas implementadas. De entrada, cancelaron la Encuesta Nacional de Adicciones el año pasado, no de hizo este tampoco y no se percibe que tengan la intención de presupuestarla para el próximo año.
En conclusión, los graves déficits en materia de promoción, prevención, atención y rehabilitación en salud mental en nuestro país no se solucionarán con esta entidad amorfa, sin autoridad real sobre el resto de las instituciones de la seguridad social y del SS-IMSS-Bienestar, y, por último, sin el presupuesto requerido. ¿Qué piensa usted? ¿Cómo podrán, con toda la fuerza del Estado, proveer de entrada los medicamentos esenciales que reclama hoy la gente para atender su la salud mental?