*La traición de Alfredo: ¿un acto de alta política o de profunda bajeza humana?*
Por Tomás Pichardo.- Se ha comentado como un trascendido, lo dicho por *Alfredo del Mazo* en una reunión con operadores priistas regionales, en donde se afirma que les pidió que con los votos de su gente apoyaran a la maestra Delfina en la elección del 4 de junio. Al referirse a la candidata priista que él mismo postuló la llamó “chamaquita tonta”. No es posible comprobar si lo dicho sobre este hecho es veraz o no, pero el comportamiento del gobernador deja ver que abandonó a su suerte a Alejandra del Moral. Y aclaro, no estoy diciendo que le hubiera apoyado con recursos del gobierno del estado.
Me llamó la atención que gente de comités seccionales del PRI, casi al término de la campaña por la gubernatura no conocían a Del Moral, porque ni siquiera habían sido convocados a los mítines de la candidata de “Va por Edomex” y tampoco fueron llamados a realizar acciones de proselitismo para apoyarla. Vaya, ni siquiera una lona de Alejandra tenían en su fachada.
Hay traición cuando existe un vínculo de confianza. Por eso es tan dolorosa, porque viene de personas cercanas. El sentimiento de haber sido traicionado seguramente duele mucho. La frase de Facundo Cabral señala que quien traiciona “debería no levantar la vista del suelo jamás”, pero resulta que los traidores en política tienen la cara muy dura, es decir son unos sinverguenzas, que creen que su acción es un acto de alta política, aunque más bien es un acto de bajeza humana.
La confirmación de la traición del gobernador quedará aún más evidente si resulta premiado por la Cuatro T con una posición política y el velo de la impunidad. A los Judas en la política siempre les pagan con una bolsa monedas su acción. Migajas, al fin y al cabo.
Que pasen un buen día.