Más y nuevos delitos en el gobierno de AMLO
Por Rafael Morgan.- Existen ahora en México nuevos delitos y se han recrudecido otros que, por su gravedad ante la sociedad, serán motivos de juicio por los que será recordado negativamente el Presidente López Obrador, al margen de cualquier otro tema relacionado con su gobierno. Enumeraremos algunos:
1. Las masacres: En sexenios anteriores eran raras, tal vez una que otra por sexenio, pero ahora, como lo escribe el columnista especializado Héctor de Mauleon, que informa de “12 masacres en Veracruz en lo que va del año; y en noroeste del 27 de mayo, 10 muertos en Ensenada en un rally de vehículos; 7 muertos en balacera en Michoacán, según reporta Reforma del 25 de abril; asesinan a diez en un bar de Acapulco, según Reforma del 13 de marzo; otros 7 ejecutados en Perote, Veracruz, informa Reforma el 8 de junio; asesinan a 4 en carretera en Zacatecas, según El Universal del 24 de abril; hallan 4 cuerpos maniatados en Jerez, Veracruz, según El Universal del 17 de julio; fusilan a 6 en Apodaca, Nuevo León, informa Reforma el 8 de julio; “encontraron a 5 personas muertas y un perro…” en Acapulco, Gue., según Reforma del 3 de julio; enfrentamiento en Guachochi, Chih. deja 8 muertos, informa Noroeste del 30 de junio, etc., etc. Las notas están desordenadas pues así se tomaron. Aunque el Presidente niega que en México haya masacres, lo que está sucediendo en el país lo desmiente.
2. En este sexenio se han recrudecido los grupos de “autodefensas”, síntoma de la reacción del pueblo ante la impunidad y la falta de una efectiva actuación de las autoridades. Es la justicia por propia mano, según el Instituto de Investigaciones en Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción de la Universidad de Guadalajara.
3. Una novedad en este sexenio es la utilización por los delincuentes de los coches bomba y de explosivos de alto poder contra las autoridades, como en Tlajomulco, Jal. contra personal de la Fiscalía y el ataque a la Guardia Nacional en Celaya, Gto., indicios de que los cárteles están utilizando estrategias terroristas; así empiezan.
4. Ahora los cárteles y la delincuencia organizada en general, pretende controlar y “asegurar”, no sólo poblaciones enteras sino zonas o regiones completas, como los enfrentamientos entre el Cartel de Sinaloa y el CJNG por controlar regiones de Chiapas, sobre todo de la frontera; lo mismo se observa en Michoacán, Zacatecas y Tamaulipas.
5. En tiempos anteriores, los delincuentes y las autoridades, por un acuerdo no hablado, respetaban a las familias, las mujeres y los niños. ¡Eso se acabó! Se dispara indiscriminadamente contra quien sea. En la masacre de 10 personas en Guanajuato, ejecutaron también a 3 mujeres y en Chihuahua fue asesinado un joven de 17 años y un bebé de 4 meses.
6. Pero no sólo hay asesinatos en forma indiscriminada, sino también por medio de sicarios, asesinan a periodistas, políticos, defensores de derechos humanos, de la biodiversidad y de migrantes; nadie está exento de esta violencia. “Reporteros sin Fronteras denuncia que México es el país con más periodistas desaparecidos”, problema que se ha recrudecido este sexenio. “En el primer trimestre de este año, suman 674 víctimas mujeres por homicidio doloso en el país. Igualmente, la prensa da cuenta de secuestros y asesinatos de regidores, delegados, ex alcaldes, alcaldes y otras autoridades ejecutadas, que en su mayoría no se aclaran.
7. Buena parte del recrudecimiento de la violencia se debe a la decisión presidencial de “acercamiento” del gobierno con los jefes narcos, como parte de la política de “abrazos no balazos”, así la liberación de Ovidio Guzmán en el “culiacanazo”, la visita del Presidente a la mamá del Chapo Guzmán en Sinaloa y su defensa ante las autoridades de Estados Unidos y últimamente, la sorprendente declaración del Presidente de que los delincuentes “respetaban a los siervos de la nación y los dejaban pasar en los retenes”.
8. Esta política de aquiescencia del gobierno hacia los violentos, que más que contra el gobierno lo están siendo contra el pueblo pues expulsan a los ciudadanos de sus hogares, los obligan a trabajar para ellos y los asesinan si no obedecen o si se afilian a los grupos contrarios. Ante esta realidad, cada vez es más común que los pobladores rechacen al ejército o a la Guardia Nacional y que secuestren y ataquen con piedras y palos a los policías estatales y municipales; todo ello, es una prueba del fracaso de la política gubernamental de acercamiento y tolerancia del gobierno con los delincuentes.