El peligro del comunismo en México
Salvador I. Reding Vidaña.- Muchas personas justamente preocupadas por los malos rumbos en que el actual gobierno está llevando a México, alertan por el comunismo que puede dominar al país. Y eso por diversas razones, pues muchos de los medios de que el presidente se vale (y se valió para llegar al poder) son los mismos, aunque a menor escala, de los utilizados por Cuba, Venezuela y Nicaragua (ninguno tipo Corea del Norte), y también de acciones de abuso del poder de otros funcionarios públicos de su gobierno. También es preocupante la forma en que los legisladores de la línea morenista-pejista votan sin pudor alguno, conforme a las exigencias de su sagrado líder, Andrés Manuel.
Pero vale la pena ver si la amenaza del comunismo de parte de Andrés Manuel y sus muchos cercanos con poder, dentro y fuera de su administración son la única amenaza y hasta dónde. Primeramente ¿Andrés Manuel realmente quiere hacer de México un país socialista?
Si analizamos su larga trayectoria política y sus gobiernos en el Distrito Federal y en la presidencia, pienso que hacer de nuestro país uno socialista no es su objetivo. Veo más bien que se vale de los métodos de control político y social de los países socialistas latinoamericanos para imponer su dominio personal. Insisto, no veo a Andrés Manuel comunista, sino usuario de muchos sistemas de control y guerra sucia de los líderes comunistas más conocidos.
Veo más el peligro de parte de algunos de sus colaboradores, como los que están incrustados en la Secretaría de Educación Pública, SEP, por ejemplo, en donde las intenciones de crear entre los educandos una mentalidad marxista es absolutamente evidente. Sí hay personajes destacados en Morena que tienen interés en llevar a México a los fines del Foro de Sao Pablo. No hay duda alguna. En cambio, no veo que Andrés Manuel tenga ese interés como objetivo, sino como medio de control, pero siendo permisivo de sus cómplices que son pro socialismo, y los defiende solamente porque son “su gente”.
Por otra parte, están los promotores de la ideología de género. Esos van por su lado. Los grandes países comunistas, Rusia y China, no solo no la promueven, sino que la combaten. La ideología de género no es una cultura comunista, al contrario. Los líderes de ambas potencias no están en contra de la familia, sino a favor, promueven a la familia como célula básica de sus sociedades. No, la ideología de género y la lucha contra la familia y el matrimonio naturales no son objetivos comunistas. Eso quedó en la historia hace muchos decenios.
Los promotores nacionales y los extranjeros con intromisión en México de la ideología de género vienen de otros medios, algunos enamorados de la Agenda 2030 y de los planes de control poblacional como los de Soros, son gente aparte. Si se piensa que resistirse en México a los intentos de convertir a esta nación en comunista es solamente eso, para detener los intentos de destruir la familia y la correcta visión de la sexualidad humana, están equivocados. Son varios frentes de guerra ajenos a la causa comunista.
¿Y el aborto? Eso no es una política de gobierno de los estados comunistas, su política es permisiva, al no respetar la dignidad de la vida humana, consintiendo que a sus habitantes la práctica del aborto a su elección. La promoción del aborto tiene diferentes orígenes ajenos al comunismo, y por eso se permite legalmente su práctica en muchas naciones, incluyendo sobre todo las más “capitalistas”. La defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural no es anticomunista, es frente a muchas organizaciones que fomentan y hasta imponen el libertinaje de matar nonatos y enfermos graves (por eutanasia).
¿Y la lucha oficial de los estados comunistas contra las religiones y la libertad de culto? Es una realidad, pero no solamente de esos gobiernos, sino de muchos intereses de ateísmo o lucha contra las iglesias para que, al anularlas, les quede el camino libre para gobernar dictatorialmente e imponer ideologías. Las religiones y las iglesias les estorban, y mucho, pues defienden la libertad y otros valores humanos.
En unos meses, a partir del 1 de octubre de 2024, Andrés Manuel ya no tendrá el poder presidencial, y quien llegue, si es de los suyos, intentará de inmediato deshacerse de él, y si la nueva presidencia recae en la oposición, estará anulándolo en lo personal, aunque muchos de sus cómplices colaboradores en su administración y en Morena seguirán intentado destruir la cultura mexicana de origen cristiano y patriótico. Pero estarán en desventaja y terminarán arrinconados.
Correcto, hay que resistirse por los medios que la Ley permite a los intentos de control del país por el actual presidente y sus cómplices en varios frentes, no solamente en los intentos de hacer del país uno socialista como Cuba, Venezuela o Nicaragua, sino que recurran a medidas dictatoriales como las suyas para monopolizar el poder dictatorialmente en México.
Pero aún hay más: las fuerzas armadas con los grandes intereses corruptos de altos mandos, y la delincuencia organizada. A ninguno de estos poderes fácticos, con sus armas, les interesa ni el comunismo ni Cuba o Venezuela. Ellos tienen sus propios intereses, que no incluyen la ideología de género, ni el aborto ni la destrucción de la familia. Quieren tener poder absoluto para disfrutarlo, y no por medios de control tipo Venezuela o Cuba, sino por el control de fuerza de las armas ya conocido en el mundo.
Pensar e intentar actuar para liberar a México de la amenaza del socialismo tipo Venezuela, como una acción en contra del comunismo y sus promotores en este país, es quedarse muy cortos en la defensa de los grandes valores humanistas de nuestra sociedad. Hay que hacerlo, sí, pero hay mucho, mucho más que hacer. Los intereses políticos e ideológicos de los dueños de Morena y su ídolo López Obrador son muy diversos, y solamente de algunos es hacer de México otra Venezuela.
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