UN NUEVO TRUCO Por Alejandro Díaz
Ahora que definió Movimiento Ciudadano (MC) a quién apoya como su candidato a la primera magistratura del país, quedan claro quienes serán contendientes en la elección presidencial de 2024. Además de la ‘corcholata’ oficial, Claudia Sheinbaum, y de Xóchitl Gálvez, quien encabeza el Frente Amplio por México, ahora estará Samuel García por MC. Quizá aún surja uno o dos candidatos independientes (o sea sin partido político registrado) que puedan cumplir con el difícil requisito de conseguir casi un millón de firmas de apoyo cada uno.
Puede decirse que estos tres candidatos cubren un amplio espectro ideológico y político que dejarán pocos resquicios para propuestas de candidatos independientes. Es de esperarse que este amplio espectro reduzca el abstencionismo… si en verdad pueden despertar entusiasmo entre los electores.
MC fue el último en decidir su candidato. Después de rumores de que aceptarían a una ‘corcholata’ descartada de Morena como candidato presidencial y del poco atractivo que sería su nada carismático presidente nacional, se definió por el actual gobernador de Nuevo León. Éste ha hecho un triste debut por la incertidumbre de no contar con un gobernador interino de su confianza. Lo más absurdo del arribo de Samuel García es que cayó en el mismo error que tanto le criticó a su antecesor: abandonar el puesto de gobernador antes de terminar el periodo para el que fue electo.
Tanto interés de MC en tener candidato sin que hubiera un verdadero liderazgo a nivel nacional sólo muestra su interés en participar sin alianzas en la elección presidencial. ¿Para qué? No tiene posibilidad alguna de triunfo pues su intención de voto no sobrepasa el 7%. Más parece que MC intenta ser un esquirol con el fin de beneficiar al partido del gobierno. Su candidatura se debe más al manejo mediático de la esposa del ahora candidato presidencial que a las pocas habilidades mostradas por Samuel García.
Si la contienda fuera sólo entre dos candidatos, el resultado dependería del carisma, la estrategia y de la habilidad personal de cada candidato, así como de las respectivas organizaciones partidistas. Pero habiendo más de dos, el partido con menor intención de voto se vuelve estratégico para el partido con más recursos porque puede utilizarlo como cuña en ciertos sectores a cambio de concesiones futuras u otros métodos.
Quienes puedan ejercer su voto en la elección presidencial tendrán que estar muy atentos para escoger al candidato que crean será mejor para el futuro de México. Pocos lo harán por quien crean que no compite para ganar la contienda sino para ganar prebendas.
La verdadera contienda va a ser entre la candidata oficial y la del Frente Amplio por México. Quien quiere ser cuña, aún sin intentar ser esquirol, tiene todo cuesta arriba a menos que tenga como meta sólo garantizar el triunfo de la candidata oficial. Sin carisma y con pocas cualidades para presumir, sólo destaca su juventud. No tiene ningún logro notable como gobernador y no se le conocen propuestas concretas que pudiera enarbolar en la campaña.
Invito a los electores a que no desperdicien su voto en un esquirol. La votación en realidad será por mantener o no la actual trayectoria de gobierno. Los fieles seguidores del okupa de Palacio seguramente votarán por su corcholata; quienes vemos lo mal que se ha gobernado y el número de mentiras que han emitido, votaremos por la otra opción. Nadie en su sano juicio debiera hacerlo por la tercera opción.