UNA GUARDIA NACIONAL MILITARIZADA ES PROPIA DE DICTADURAS Por Marcos Pérez Esquer
La última decisión relevante de López Obrador es ultraderechista, la más derechista de la historia moderna de México: formalizar la militarización de la Guardia Nacional.
Ambas Cámaras del Congreso de la Unión están ya citadas para sesionar el próximo domingo para hacer la declaración de reforma constitucional; la de Senadores a las 4 de la parte, y la de Diputados a las 7 de la noche. Para ese día y esa hora, esperan haber recabado ya el voto de la mayoría de las legislaturas de los Estados. ¿Que cuál es el apuro para hacerlo en domingo? Un capricho. El presidente quiere publicar la reforma en el Diario Oficial de la Federación en su último día de gobierno que será el próximo lunes.
Como sea, la decisión es un pésimo mensaje. Las corporaciones policiacas de las democracias modernas no son de carácter militar, y no lo son por muy buenas razones, la historia demuestra que eso es propio de regímenes autoritarios, porque los militares están formados para defender la soberanía nacional combatiendo al enemigo que la amenace, es decir, están preparados para aniquilar al objetivo, en tanto que los policías están formados para cuidar a la ciudadanía, para distinguir entre los buenos ciudadanos y los violentos, y controlar y someter a los violentos, sin aniquilarlos. Por eso, cuando los militares se encargan de tareas policiales, terminan tratando a los ciudadanos como enemigos.
Esto ha sido advertido desde hace mucho por todos los organismos internacionales de derechos humanos, que han generado una serie de estándares para regular la participación eventual que los militares tengan en labores de seguridad pública. Esa intervención -señalan- deberá ser extraordinaria (excepcional, temporal, de acompañamiento a la autoridad civil), regulada (en ley), fiscalizada (supervisada por autoridades civiles), subordinada (con mando civil) y complementaria (marginal).
Lo que se hizo esta semana con la Guardia Nacional fue todo lo contrario, se encargó la labor policiaca federal a los militares de manera total y permanente. Esto, no es propio de una democracia sino de regímenes autoritarios.
Por ahí decían algunos que ciertas democracias modernas tenían modelos como el propuesto por Obrador. Es falso. 134 países tienen aparatos de seguridad pública plenamente civiles, entre los que destacan las democracias más consolidadas como Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Suecia, Reino Unido, Corea del Sur o Alemania, en tanto que solo 33 cuentan con corporaciones en las que hay alguna intervención militar. De estos, prácticamente todos son regímenes autoritarios o plenamente dictatoriales, como Corea del Norte, Siria, Irán, Nicaragua, Yemen, Angola, Vietnam o Kazajistán. El modelo aprobado estos días para México, es similar al que tienen estos países.
Las pocas democracias modernas que tienen corporaciones policiales con participación militar, son aquellas que han vivido un proceso de transición desde una dictadura hacia una democracia, y poco a poco han ido quitando los caracteres militares de sus corporaciones policiales para convertirlas en cuerpos civiles. Hoy ya todas ellas tienen mandos civiles. En este supuesto está España, con su Guardia Civil, la cual fue creada durante la dictadura militar franquista, pero que ahora ya no depende del Ejército, sino del Ministerio del Interior, cuenta con un Director General que es un civil, y solo el sistema de ascensos sigue dependiendo del Ministerio de Defensa, cuyo titular también es un civil; está también el caso de Chile, que cuenta con los Carabineros, que dependieron del Ministerio de Defensa Nacional desde su fundación durante la dictadura de Pinochet, y hasta 2011 en que fueron transferidos al Ministerio del Interior bajo el mando de funcionarios civiles; también Argentina, con su Gendarmería Nacional que durante la dictadura de Videla y la Junta Militar dependió del Ministerio de Guerra, hoy ya está adscrita al Ministerio de Seguridad cuyo titular es un civil; Francia y Austria por su parte, también cuentan con Gendarmerías Nacionales, pero a cargo de sus Ministerios del Interior, y para actuar exclusivamente en zonas rurales, ya que en las ciudades solo intervienen sus instituciones de Policía Nacional.
Lo que hemos hecho esta semana en México va a contrapelo de lo que hacen las democracias del mundo. Incluso aquellas que vienen de ser dictaduras, han ido avanzando para transformar sus corporaciones policiales de carácter militar, en corporaciones policiales de carácter civil. Avanzan de la dictadura, a la democracia. En México en cambio, convertimos las corporaciones civiles, en militares; vamos de la democracia, al autoritarismo.