FENTANILO Y TERRORISMO EN MÉXICO: LO QUE VIENE Por Salvador I. Reding Vidaña

Las exigencias de Trump a México para que detenga el tráfico de enervantes a Estados Unidos, en particular el fentanilo, y su idea de combatir a los grupos de delincuencia organizada en varios países incluyendo a México, Venezuela y Colombia declarándolos como terroristas tendrá un efecto perverso para México.
Los cárteles del narcotráfico como los de Sinaloa, Jalisco y Tamaulipas tienen su gran negocio con las drogas, pero la diversificación de sus actividades delictivas dentro de México, se han vuelto cada vez más productivas, las extorsiones a empresas y familias, secuestros, cobro de peaje y de piso, y su control de procesos comerciales hasta legales hechos con fondos mal habidos y mucho más.
Si por medidas en contra del narcotráfico desde México a Estados Unidos las ventas de fentanilo y otras drogas se les reducen y aumentan las persecuciones del gobierno no se quedarán de brazos cruzados, se dedicarán a explotar cada vez más a los mexicanos. Se ocuparán de fortalecer sus controles territoriales que ya tienen en gran parte del país, y buscarán acrecentarlos.
Los cárteles que producen fentanilo no abandonarán esta actividad, y tratarán de venderlo en México, como un mercado en potencia a desarrollar con todas sus redes de distribución.
¿Cómo lo harán? Pues por medio de las acciones terroristas como lo han estado haciendo. Y el gobierno mexicano deberá tomar medidas que debió tomar antes en vez de su política de “abrazos, no balazos”. Porque de acuerdo a la legislación penal, sus acciones son terrorismo, tal como se describen en los artículos 139 y siguientes del Código Penal Federal.
La única forma en que el gobierno puede detener una muy predecible escalada de violencia en México es precisamente considerar a los grupos de la delincuencia organizada y sus apoyos de sicarios como delincuentes que actúan por medio del terror.
No es nada difícil predecir estas nuevas acciones del narcotráfico diversificado. Lo han estado haciendo, procurarse ingresos de millones de pesos a costillas de la población, de sus empresas y organizaciones y hasta de gobiernos, y al disminuir los ingresos por narcotráfico a Estados Unidos más explotarán, con terrorismo, a dicha población. Claro que el mercado del narcotráfico no es sólo de exportar a Estados Unidos, pues también exportan a Europa y a diversos otros países. Pero es más fácil aumentar la presión de terror en México que hacer más negocios internacionales.
Sí, independientemente de lo que haya declarado el gobierno de Trump sobre organizaciones terroristas (lleva años haciéndolo), México tiene la obligación de proteger la seguridad nacional interior y combatir a los terroristas como lo que son. Hacer lo que no ha hecho el gobierno morenista en poco más de seis años, con su verdadera política seguida de “abrazos, no balazos”; que los delincuentes tienen derechos (olvidando los de la población en general) y de que son personas humanas. Personas humanas criminales que para nada respetan los derechos humanos de la población que explotan aterrorizándola.
Perseguir, detener, encausar a los personeros del crimen organizado y sus operadores y sicarios, es una misión muy difícil, por diversas razones, comenzando con la de la connivencia entre funcionarios públicos y capos. Pero si este gobierno no se prepara para hacerlo y no lo lleva a cabo, el pueblo “bueno y sabio” sufrirá aún más de lo que ya sufre en la inseguridad reinante: terror a gran escal