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Hacer campaña presidencial y ganarla en Edomex, fue una misión imposible

Por Augusto Díaz

Después de que concluyeron las elecciones 2018, muchos liderazgos panistas (no todos) afilaron la cuchilla de su guillotina para cortar las cabezas de los responsables de los resultados. El detalle es que muchos de los prestos verdugos, fueron también responsables de lo sucedido.

Las campañas, particularmente la presidencial, tuvieron muchos obstáculos para caminar y para llegarle al lectorado del Edomex. Como prueba está el resultado.

Hubo Candidatos sin coraje (claro, no todos) que solo esperaban la llegada de recursos -quien sabe para que, para hacer campaña no- movilizaciones de simpatizantes panistas para los eventos, que tenían su principal obstáculo en los movilizadores, en los responsables de congregar a los simpatizantes, quienes recibieron recurso para llevar más gente de que finalmente llevaron a dichos eventos; Filtraciones de información delicada en los ámbitos de decisión, que iban a dar a oídos de quienes fueron pésimos aliados. Negociaciones de candidaturas, que nadie entendió, en las que se cambiaron joyas por espejitos.

Los espejismos de las concentraciones perredistas, con miles de personas presentes, que motivaron la esperanza de un resultado digno, en un escenario estatal complicado, pero que a la hora de la verdad, el día “D” votaron por “ya sabes quien”.

Municipios con propaganda de los candidatos perredistas del frente, sin ningún rastro de la imagen del candidato presidencial y lo peor, panismo desarticulado cuyos “dirigentes” no empujaron para llenar el vacío que los “aliados” dejaban. Panismo pasmado, inmóvil, desarticulado, sin armas para ir a la batalla. Dirigentes municipales divos que aprovecharon para promover el culto a su personalidad, promoviéndose ellos en lugar de haberse aplicado a promover al candidato presidencial.

Equipos de campaña con estrategias de campaña e imagen pública, dirigida por gente sin experiencia, que se conducía como si fueran los super estrategas, que entregaron pésimos resultados.

Y el llamado “ejercito” electoral, cuyos soldados –habiendo recibido apoyo- en muchos lugares no llegaron el día de la elección, “quien sabe por qué”. Los vicios de todas las elecciones que nos recuerda que, en donde no hay explicación lógica, la explicación es monetaria.

Y al concluir la campaña, ahora resulta que hay gente que, por años se ha aprovechado del partido, que cada campaña hace su agosto y que ahora se forman para aparentar que ansían corregir el rumbo de AN, cuando son parte del descarrilamiento del mismo, postulándose sin el más mínimo pudor como precandidatos a dirigir al PAN mexiquense.

Así no hay forma de obtener buenos resultados, ¡mucho menos hay forma de ganar!. Reitero, después del día primero, resonaron las voces estridentes de muchos de esos liderazgos ineficaces, convocando a la multitud (la militancia panista) a presenciar el descabezamiento de los responsables de la derrota en la campaña presidencial, si, de todos los responsables, menos las de ellos.