Editorial.-

La importancia de la elección de este domingo 11 de noviembre de la nueva dirigencia nacional, reside en que esta tendrá el reto de dar al PAN el perfil de una oposición combativa, unida, inteligente y con una clara estrategia política, en un entorno totalmente adverso, dominado por el poder de los poderes que el presidente electo representa y sobre todo por las señales de un estilo autoritario, carente de apertura a la crítica y a las propuestas que vengan de sus oponentes, por parte del propio AMLO y quienes le rodean

El escenario deseable para la renovación de la dirigencia nacional panista habría sido salir con una planilla de unidad. Lamentablemente no fue así, quedando al final frente a frente dos proyectos: el de Manuel Gómez Morín y el de Marko Cortés.

Otro escenario deseable, hubiese sido el de un proceso con un debate de ideas, de propuestas, de contrastes entre las líneas de acción de cada uno de los aspirantes. Sin embargo, el tono de MGM fue permanentemente agresivo y en ocasiones hasta rabioso e irrespetuoso.

Esta posición del nieto del fundador, junto con las señales de ruptura de parte de Felipe Calderón dieron la impresión errónea, a quienes ven desde fuera esta elección, de que este domingo Acción Nacional se romperá.

Pierden de vista que tanto Manuel Gómez Morín, como Felipe Calderón no representan corrientes importantes hacia el interior del PAN. Uno porque no ha tenido liderazgo ni en su municipio (Naucalpan) y el otro porque el mayor poder que tuvo al interior de AN, fue durante su gestión como presidente de la República, al manejar a su antojo al partido. Poder que al terminar su mandato, se fue diluyendo hasta llegar a ser una mínima expresión política al interior deAcción Nacional.

Hay señales que muestran las fortalezas y debilidades de ambos contendientes, pues mientras que Marko Cortés ha logrado cubrir el 100% de las casillas a nivel nacional, Manuel Gómez Morín ni en Chihuahua ha tenido una cobertura total con sus representantes, estado que gobierna quien es uno de sus principales respaldos: Javier Corral.

Marcelo Torres Cofiño, actual líder nacional ha señalado que ni chantajes ni amenazas tienen lugar en el PAN, respondiendo así, al amago de Calderón Hinojosa, de formar un nuevo partido político, si en la lección del domingo no gana Manuel Gómez Morín. Por cierto, dicho proyecto ya camina de la mano de Margarita Zavala.

Los militantes panistas tendremos que estar también a la altura de las circunstancias y retos que nos representa el nuevo entorno político, sumándonos a quien resulte triunfador este 11 de noviembre, para fortalecer al partido frente a López Obrador y sus seguidores, Sin duda la mejor actitud democrática que los panistas deberemos mostrar después de la elección del domingo, es la aceptación del resultado y salir unidos para ser nuevamente una oposición respetable, distinta y distinguible.