¿Quién decidió que fuera Trump? / Alfonso Bravo
Si hace un año me hubieran dicho que Donald Trump sería el próximo presidente de Estados Unidos lo habría tomado a broma, de hecho el mismo Obama lo tomo a broma en la cena con corresponsales en marzo de 2015, sin embargo después de una campaña marcada por posturas radicales que incitaban al odio y al racismo la semana pasada se alzaba como el ganador de la elección presidencial.
Los causas de la victoria son muchas, como en toda contienda electoral, hoy solamente quiero hablar de una de ella que me parece fundamental el abstencionismo.
Esta elección el candidato ganador lo hizo con menos votos que el perdedor hace 4 años, el índice de participación fue de 56.9% de los posibles electores y de estos el 47.2% votaron por el republicano, vistas estas cifras en Estados Unidos va a gobernar una persona que fue electa por el 27% de los estadunidenses.
Los datos que te platico nos dicen que quienes tomaron la decisión de que Trump fuera el próximo presidente de Estados Unidos fueron los casi 100 millones de ciudadanos que no fueron a votar.
Las razones para no participar en una elección van desde el desánimo con respecto a los candidatos pasando por la desilusión causada por el gobierno saliente hasta el hartazgo en relación a la clase política que incluye a partidos políticos y dirigentes.
Muchos consideran que no vale la pena ir a votar ya que su voto no cambiará las cosas o que bien será inútil ya que la clase política seguirá haciendo de las suyas, otros más alegan que el abstencionismo dará una muestra a los políticos de que las cosas no están bien y ellos cambiarán su manera de actuar.
La realidad dista mucho de esas posturas, el no ir a votar fortalece a las estructuras de los partidos políticos y promueve a los radicales, que con discursos como los que escuchamos los últimos meses, motivan a un sector igualmente radical a acudir a votar y con ello obtener el triunfo.
En una contienda electoral siempre existirá un ganador y cuando hay quienes deciden no ejercer su voto de una forma indirecta lo están otorgando a los partidos tradicionales que tienen la estructura y recursos para que sus seguidores acudan a votar, en cambio cuando los ciudadanos libres acuden a votar son ellos quienes eligen al gobernante y minimizan la fuerza de las estructuras y los discursos radicales.
Habrá que ver la elección de Estados Unidos y sus consecuencias como un ejemplo de lo que puede pasar y pensar en nuestro México, el año próximo tendremos elecciones en el Estado de México y en el 2018 renovaremos presidente, diputados y alcaldes, tú decides si quieres que un partido se imponga con su estructura de corrupción y despensas o quizás un mesías tropical con posturas radicales o mejor aún que gane el que la mayoría de ciudadanos libres escojan después de evaluar a los candidatos y sus propuestas.
¿Qué nos dejó la semana pasada? El escándalo de corrupción en Veracruz con Duarte quien huyó con apoyo del gobernador interino y a Padrés que estaba en la Ciudad de México entregándose a la autoridad para ser juzgado, bien por el segundo que da la cara a pesar de un sistema de justicia que en nuestro país deja mucho que desear, yo no juzgo la inocencia de Padrés, eso lo hará un juez, pero si aplaudo la valentía de enfrentar las acusaciones en su contra.