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La democracia en vilo  

Por Marcos Pérez Esquer.- En las últimas dos semanas se llevaron a cabo en la Cámara de Diputados, una serie de seis foros, para recabar opiniones del público en general, en torno a la reforma electoral que quiere impulsar el gobierno.

En ese contexto, han salido a colación algunas de las principales ideas que los representantes de Morena traen entre ojos, y todo indica que con la bandera de la austeridad, pretenden revertir muchos de los avances que México ha logrado en la materia durante las últimas décadas.

Algunos de los más avezados en el tema electoral ya empiezan a expresar sus preocupaciones. Los propios consejeros del INE por ejemplo, han alertado sobre siete peligros inminentes que podríamos resumir de la siguiente manera:

1. Que López Obrador participe en el proceso electoral de 2021 mediante la figura de la revocación de mandato, garantizaría unos comicios totalmente inequitativos. Tendríamos al Presidente de la República haciendo campaña para su ratificación, contaminando con ello todo el proceso electivo, aprovechando el aparato de gobierno a su favor y a favor de sus 300 candidatos a diputados y 16 candidatos a gobernadores. Simplemente inaudito e inaceptable.

2. Que las consultas populares puedan ser convocadas en cualquier momento y no cada tres años como dice hoy la Constitución, convertiría la democracia representativa que nos hemos dado, en una democracia plebiscitaria donde el legislador pierde toda relevancia y la opinión pública es manipulada mediante la frivolización de las discusiones públicas que -cuando son serias- no admiten respuestas binarias, como un simple sí o no.

3. Aprovechar la mala prensa que tiene la figura de la representación proporcional para plantear la reducción del número de legisladores plurinominales, debilitaría a la oposición. Habría que recordar que esta figura garantiza los derechos políticos de las minorías y ayuda a integrar el Congreso de una manera mucho más acorde con los resultados electorales, ya que en la medida que un partido obtiene un cierto porcentaje de votos, se propicia que ese partido tenga ese mismo porcentaje de curules. Por eso la representación proporcional es un pilar de la democracia, al menos así es considerada en el mundo con normalidad democrática.

4. Reducir el financiamiento público a los partidos políticos también debilita a la oposición y atenta contra la democracia. En la medida que se reduce ese financiamiento, no solo se fortalecen el gobierno en turno y su partido, sino también los aportantes privados, la plutocracia, el dominio de los ricos vaya. Disminuir el financiamiento público favorece un sistema de partido hegemónico, e incrementa la desigualdad. Basta ver qué ocurrió en Venezuela cuando Hugo Chávez eliminó el financiamiento a los partidos. Si usted cree que la intención es ahorrar un dinerito, le advierto que podría estar siendo muy iluso.

5. Eliminar los organismos públicos locales electorales (OPLES), implicaría centralizar la vida electoral para que muchas decisiones incluso del municipio más pequeño y lejano, sean tomadas en la Ciudad de México. En vez de recortarle atribuciones al ámbito local, lo que debemos hacer es fortalecerlo reforzando el federalismo. De seguir con esa lógica, terminaríamos acabando hasta con los gobiernos estatales.

6. Modificar la integración del Consejo General del INE redundaría en que el Presidente de la República termine dominando sus decisiones a través de sus alfiles, acabando de tajo con la autonomía del instituto y con la equidad electoral, y

7. Que el padrón electoral deje de ser manejado por el INE y se le encargue a Gobernación, que haría una cédula de identidad para todas y todos los mexicanos, incluidos menores de edad, pero que a los adultos les serviría para votar, echaría por la borda la confianza ciudadana en ese instrumento. Uno de los grandes avances electorales que nos hemos dado es justamente contar con un padrón confiable, operado por una autoridad independiente. Es más sensato encargarle al INE que haga una cédula para los menores de edad, que encargarle al gobierno el manejo del padrón electoral.

Atención, si estas o algunas de estas propuestas se hacen realidad, pronto estaremos viendo la demolición de nuestra joven democracia, como ya estamos viendo la demolición de otras muchas instituciones del país. Nuestra democracia está en vilo, mientras el populismo y el autoritarismo asechan.

 

Publicado en el semanario contraseña