Columna Ad honorem Por: Jesús Aguiar.- Entender la crisis de seguridad pública en México nos llama a dejar de lado la visión política para ver la realidad, ni la estrategia de colusión y control de la delincuencia desde las instituciones del PRI, ni la guerra contra las drogas sin cuerpos de seguridad fortalecidos y no dignificados del PAN, y mucho menos la ocurrencia fallida de pedirle a las madres de los delincuentes que hablen con ellos de MORENA han funcionado ni funcionarán, esto ya no es cuestión de colores, es falta de criterio técnico real, quienes nos están gobernando no enriquecen sus juicios para la toma de decisiones basados en modelos exitosos, lo hacen a conveniencia, no están preparados y eso está costando vidas.

La guardia nacional que comenzó sus operaciones la semana pasada, no está ni cerca, de ser la guardia nacional que está en la constitución, el Presidente desafía una vez más las leyes establecidas para lograr un capricho propio de un megalómano, que, sin importar el despilfarro de recursos públicos y la vida de quienes se seguirán arriesgando haciendo un trabajo que no les corresponde, apuesta a una estrategia sumamente discutida, criticada y agotada, incluso, por el mismo durante años. En los foros de seguridad y federalismo organizados por la iniciativa “Periódicos en red” no cesaron los elogios entre los principales actores del Senado, sin duda en el evento realizado en Sinaloa el centro de atención fue Ricardo Monreal, coordinador de MORENA en el Senado, y Presidente de la Junta de Coordinación Política, por haber logrado el consenso y los votos de la oposición que se inclinó por un cuerpo de seguridad para brindar seguridad con ESENCIA CIVIL.

Damián Zepeda del PAN y Mario Zamora del PRI, hicieron ver que hay un sentimiento de inconformidad, por no decir traición, por las formas y modos del que despacha en palacio nacional, ya que, con todo cinismo, es un militar en activo, aunque en proceso de retiro, es quien será el coordinador de la comandancia de la guardia nacional, que estaba destinada a ser un cuerpo civil de pacificación, y digo estaba, por que su arranque deja ver que la oposición tiene razón y la traición por parte del Presidente es evidente, este cuerpo inició con todo el protocolo militar y en el campo insignia de la milicia como lo es el campo marte, con militares que no están sujetos a la evaluación de control a la que si están sujetos los civiles, con equipamiento militar parapetado, pues hasta las patrullas son unidades pintadas propiedad de la SEDENA, en mal estado por cierto, es una guardia militar, no es una guardia civil que el legislativo aprobó y ahí está el problema, no va a haber seguridad y federalismo en este país mientras sigan utilizando al ejercito como la “pomada del día” – así lo puntualizó el Dr. Alejandro Madrazo Lajous, con toda razón-.

La militarización de nuestra seguridad pública es reflejo y causa, porque cada vez abusamos más del ejercito mexicano y lo desviamos de sus funciones naturales, que aunque parezca falso, debilitan a este cuerpo fundamental, y es que, no podemos cuidar de manera adecuada nuestros litorales y nuestro territorio, si tenemos a los militares persiguiendo asaltantes en los callejones de Iztapalapa o en el transporte público de Cuautitlán Izcalli, para garantizar la seguridad pública tenemos que hacerlo desde abajo, desde la comunidades, con rescate del tejido social y no con asistencialismo, la delincuencia no se acaba con esparcimiento territorial de efectivos armados hasta los dientes, se hace con inteligencia, e inteligencia es algo que le falta al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ojalá, de verdad, ojalá podamos entender que gobernar si tiene ciencia y que necesitamos un PRESIDENTE, no un ADICTO A LAS CAMPAÑAS ELECTORALES QUE SE PIENSA AÚN CANDIDATO.

¡Nos leemos el próximo lunes!

Jesús Aguiar
jesuseaguiar@gmail.com