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El Seguro Popular agoniza

Por Marcos Pérez Esquer.- El gobierno federal está cancelando el Seguro Popular. Se dice rápido pero es una verdadera tragedia.

Hoy por hoy 53 millones de personas cuentan con esa protección que, con todos los defectos que pueda tener, representa para todo ese amplio sector de la población el único apoyo serio para el caso en el que deban ser atendidos medicamente.

En una situación ideal, los países ofrecen algún servicio público de salud con cobertura universal, es decir, al que todas y todos tienen acceso independientemente de sus condiciones personales, sean de edad, laborales, de raza, sexo, origen étnico, preferencia sexual, etc.

En nuestro país, a mediados del siglo pasado se creó el seguro social, y luego otros subsistemas como el del ISSSTE, el ISSFAM, los de las entidades federativas, el de PEMEX, etc., pero todos, vinculan la vigencia del servicio a la condición de ser empleado, es decir, los desempleados y quienes trabajan por su propia cuenta no tienen esa protección.

Con ese sistema, llegamos al punto en el que –incluso ya a inicios de este siglo-, la mitad de la gente no tenía cobertura en salud, por lo que los gobiernos panistas, tanto el de Fox que lo empezó, como el de Calderón que lo consolidó, crearon el Seguro Popular al que basta afiliarse para contar con el servicio. El objetivo era alcanzar esa cobertura universal.

Así, en 2004 se echa a andar este programa que permitió que de ese 50% de cobertura que teníamos en 2002, pasáramos al 90% en el año 2018. Un éxito enorme como país. A la par de la ampliación continua de cobertura, se fue trabajando para que poco a poco también se ampliara la gama de servicios y enfermedades atendibles por este seguro, con el propósito de que, muy pronto, se homologara al que ofrecen el IMSS o el ISSSTE.

Y al mismo tiempo que todo esto pasaba, año con año, el gobierno iba aportando recursos económicos a un Fondo de Protección de Gastos Catastróficos, para atender esas enfermedades llamadas “catastróficas” que son tan caras de atender, que aniquilan el patrimonio familiar de los pacientes y sus seres queridos. La idea desde luego, era contar con ese fondo para evitar que quienes tuvieran esos padecimientos graves vieran extinguirse todo su patrimonio en atender la enfermedad. Noble propósito desde luego, pero que exige enorme disciplina y responsabilidad para administrar bien ese Fondo sin caer en la tentación de darle otro uso.

Pues justo eso es lo que está haciendo ahora el gobierno morenista. Con la reforma que está procesando estos días a la Ley General de Salud, está transformando el Sistema de Protección Social en Salud (mejor conocido como Seguro popular), en un Instituto de Salud para el Bienestar, y la principal característica de esta reforma es que ahora podrán disponer libremente de los recursos acumulados en el Fondo, que por ahora deben ascender a unos 80 mil millones de pesos.

El punto es, que por un lado, están asignando menos recursos presupuestales al sector salud en términos reales, y por otro lado, están abriendo la puerta para poder echar mano de los recursos acumulados en el Fondo. Esto no significa otra cosa que el hecho de que, –en el mejor de los casos-, dispondrán de recursos que estaban siendo reservados para atender enfermedades graves futuras de 53 millones de personas, para cubrir gasto corriente actual del sector salud, y así liberar otros recursos para sus programas electoreros.

Esto es de una irresponsabilidad mayúscula. En primer lugar porque esos recursos ya no son del gobierno, en realidad pertenecen a esos 53 millones de afiliados al Seguro Popular, y en segundo lugar, porque están dilapidando dinero que será necesario en el futuro cercano. Es como si decidieran tomar el recurso acumulado en nuestras cuentas de Afore, para cubrir gasto corriente del gobierno, y luego que necesitemos de nuestra pensión resulta que ya no hay nada.

Para colmo, México se estará retrasando respecto del cumplimiento de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, o Agenda 2030 de la ONU, por la que nos comprometimos ante el mundo a alcanzar la cobertura universal y la protección por riesgos financieros en salud en el año 2030.

A mí que no me vuelvan a venir con eso de la supuesta austeridad republica, lo que en realidad están haciendo, es gastar hoy, los ahorros que habremos de necesitar mañana.