La otra amenaza al federalismo es la rebelión violenta del crimen organizado: Mauricio Merino
Chihuahua, Chih. 10 de diciembre de 2019.- “El problema del federalismo no solo es un problema de reparto de dinero, es algo mucho más complejo”, expresó el académico de la Universidad Autónoma de México (Unam), Mauricio Merino Huerta, durante el Foro Federalismo Fiscal efectuado en el Claustro Monte de Piedad de la Ciudad de México.
Dijo que los gobiernos de los estados no pueden hacer todo, mucho menos los municipios, pero tampoco, por cierto, el Gobierno de la República.
Acompañado por el ministro en retiro, José Ramón Cossío Díaz, Merino Huerta destacó que existen dos rebeliones recientes en México, la primera, dijo, es la electoral, que se suscitó en julio de 2018 para dejar atrás las cosas que molestaban del pasado “y eso hay que tenerlo muy presente, volver atrás ya es imposible”.
La otra rebelión, mucho más grave y silenciosa, violenta y gravísima, es la del crimen organizado, que “en buena medida los grupos criminales han ido capturando el control del territorio, de la economía, de los procesos políticos y no nos podemos hacer de la vista gorda a esa rebelión, el federalismo está amenazado”, afirmó.
Por ello, abundó que ya no se trata solamente de un problema de diseño en el papel, sino del reconocimiento de capacidades y de distribución de competencias entre los niveles de gobierno.
“Es de gran relevancia que se dé un esfuerzo inteligente, prudente y sensato para decidir, dadas las capacidades y recursos reales que hay en los estados, qué competencias realmente podrían desarrollar los gobiernos estatales” consideró Merino Huerta.
En su participación, señaló que el federalismo siempre ha sido un problema histórico en México.
“El municipalismo ha sido adversario del federalismo y cuando los municipios han sido más funcionales para la estabilidad política del país, es cuando se han aliado al gobierno nacional, como recurso político y aun electoral. Los municipios organizaban los ‘fraudes’ por instrucciones de los grandes operadores nacionales”, expresó.
Dijo que el federalismo mexicano quedó soterrado porque no era el diseño constitucional formal lo que prevalecía, cuando el control de los aparatos políticos del país estaban articulados en torno al partido hegemónico: el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“El presidente de la República tenía facultades que no pasaban por la formalidad constitucional, sino por la construcción de aparatos políticos, grupos afiliados a una misma causa y con enorme disciplina política, que ocupaban cargos formalmente, pero que obedecían a la línea política, mucho más que a la competencia formalmente establecida por la Constitución o por las leyes, y si era necesario, las cambiaban”, señaló.
Indicó que fue así como se gobernó el país por muchos años, por eso parecía que el federalismo no era un problema o incluso se creía que operaba muy bien, sin embargo solo funcionaba bajo instrucciones del Ejecutivo, con una lógica centralizadora muy potente pero negociada. “Los gobernadores afines tenían más recursos, más facultades, pero cuando era necesario los quitaban”.
Añadió que fue la pluralidad política del país, la emergencia de la segunda campanada democrática de México, la que hizo emerger al federalismo en todas sus aristas, durante un proceso denominado transición a la democracia.
Fue en 1994 cuando se tuvo un presidente de la República que no tenía la mayoría de gobiernos estatales y de congresos en los estados, ni el respaldo de diputados y senadores, afloraron con todo dramatismo estos errores de diseño del federalismo mexicano.
Para Merino Huerta, “el federalismo sería perfecto si correspondiera con la solución de los conflictos, si produjera un consenso político suficiente para repensar al estado mexicano y si lograra trascender el sexenio”.
Que no dependiera, abundó, del péndulo entre centralización, descentralización o el deseo de controlar gobernadores, con un nuevo aparato hegemónico como es el caso de Morena, y es así, sin lugar a dudas, como el deseo de liberarlo en función de lo que el resto de los partidos quisieran ver reflejado en el país.
“Aun así, esto sería insuficiente, porque no se cuenta con capacidades institucionales, tampoco en los gobiernos de los estados, mucho menos en los municipios”, enfatizó el ponente.
A todo ello agregó problemas de competencias, de capacidades y de recursos que no son triviales. “Cuando se escribe una ley, generalmente se olvida que cuesta llevarla a la práctica, que implica un costo, y que se necesitan personas calificadas para hacer posible lo que ordena la norma, se necesita servicio de carrera, hombres y mujeres bien preparados”.
Finalmente subrayó la necesidad de reconocer al federalismo como un problema político e histórico, no resuelto, que vuelve a emerger en la medida en que hay un conflicto, como es un hecho hoy, entre el Gobierno de la República y los gobiernos de los estados.
Esta situación, indicó Merino Huerta, es animada por la falta de recursos, por el recorte que están haciendo a entidades y municipios y por el exceso de concentración de dinero en el Gobierno de la República, “otra vez, en el refrendo de un partido que aspira a ser hegemónico, otra vez, esto es así y así ha sido antes”.
El académico de la Universidad Autónoma de México, Mauricio Merino Huerta es profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), y actualmente coordinador de la Red por la Rendición de Cuentas.