El homicidio del general Iraní
Por Marcos Pérez Esquer.- En este primer año legislativo del Congreso de la Unión que recién concluyó, el parlamento mexicano se caracterizó por su obediencia a la presidencia de la República. Nada que no fuere autorizado por el Ejecutivo Federal tuvo cauce. Por eso muchos politólogos han insistido en la conveniencia de que ningún titular del Poder Ejecutivo tenga mayoría absoluta de su partido en el Congreso, porque este termina haciendo de comparsa, en detrimento del sistema de equilibrio de poderes y de la democracia.
De las decisiones tomadas por el Legislativo durante este año, solo podría rescatar quizá un par de cosas claramente positivas:
1. La reforma laboral, que efectivamente impulsa la democratización de los sindicatos y mejora la justicia laboral al trasladarla del ámbito del Ejecutivo al del Poder Judicial, y
2. La reforma en materia de paridad, que obliga a que todos los órganos del Estado mexicano se integren por igual número de mujeres que de hombres.
En cambio, fácilmente puedo enunciar más de 10 decisiones que en mi opinión, hubiera sido mejor no tomarlas:
1. Los cambios en la organización de la Administración Pública, caracterizados por su cariz centralizador, y por la creación de la figura de los súper-delegados que se disputan el poder local con los gobernadores;
2. La ley de la Fiscalía General, que terminó por no garantizar la independencia de su titular;
3. La creación de la Guardia Nacional, que increíblemente lo que hizo fue militarizar la seguridad pública. Lo que tanto se criticó de gobiernos anteriores, ahora se exacerba con un permiso especial para hacer uso de las Fuerzas Armadas en esta materia;
4. La reforma al artículo 19 constitucional para ampliar el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, es mero populismo punitivo. Va a contrapelo de la protección de los derechos humanos, del principio de presunción de inocencia, y del nuevo sistema penal acusatorio;
5. La Ley de Austeridad Republicana es una tomadura de pelo, básicamente solo repite preceptos ya contenidos en otras disposiciones;
6. Con la reforma que convirtió a la defraudación fiscal en delincuencia organizada, regresamos a los tiempos del terrorismo fiscal. Si Hacienda te acusa de evasión, primero irás a la cárcel, aunque seas inocente, y ya después veremos;
7. La reforma educativa fue para mal. Se le devolvió a los líderes sindicales el control de la educación y el enorme negocio de la asignación de plazas. El Estado claudicó su rectoría en materia educativa. Se pagó un favor electoral a la CNTE en contra del interés superior de la infancia y del futuro de México;
8. En materia de consulta popular no se avanzó, el mecanismo no se acercó más a los ciudadanos sino al contrario, se amplió el catálogo de temas vedados para consultas ciudadanas, y en cuanto a la revocación de mandato, sólo abrimos la puerta a la eventualidad de que termine permitiendo la extensión del mandato presidencial tal como ocurrió en Bolivia por ejemplo, o en Venezuela;
9. En materia de finanzas públicas, no se hace uso del paquete económico para generar crecimiento. Se sobre-estiman los ingresos, se reduce la inversión productiva (70% menos a carreteras, 42% menos a comercialización en el campo, eliminación de apoyos a pequeñas empresas). No se invierte lo suficiente en seguridad pública, se reduce presupuesto a organismos autónomos, cae el gasto para estados y municipios, y se distribuyen enormes cantidades de dinero mediante programas sociales oscuros, sin indicadores de evaluación, que a todas luces son electoreros;
10. El T-MEC, es mejor tenerlo que no tenerlo, pero sin duda el TLCAN era mejor para México que lo que se aprobó ahora, y
11. Los nombramientos de funcionarios de poderes y órganos autónomos se han caracterizado por beneficiar a personas sumamente cercanas al Presidente de la República, como ocurrió con el Fiscal, con las Ministras de la Corte, con las Consejeras de la Judicatura, con los consejeros de Pemex y de CFE, con los comisionados de la CRE y de la CNH, y sobre todo, con la titular de la CNDH, en detrimento del sistema de contrapesos.
Salvo por unas cuantas excepciones pues, las decisiones de la actual Legislatura en este primer año, no han sido para mejorar, han sido pasos hacia atrás por los que tarde o temprano tendremos que pagar.