Ciudad de México, 24 de mayo del 2020.- La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2019 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) fue contundente: la tasa de corrupción se incrementó de 14,635 víctimas por cada 100,000 habitantes en 2017, a 15,732 en 2019. Por su parte la tasa de incidencia pasó de 25,541 actos de corrupción por cada 100,000 habitantes en 2017 a 30,456 en 2019. Ante estos hechos reales y descarnados no puede haber distorsiones sino interpretaciones objetivas. La corrupción no sólo no ha disminuido, sino que en la administración de MORENA va para arriba. El pillaje y la impunidad no se combaten con conferencias de prensa, buenos deseos, telegramas o abrazos.

Así lo manifestó el coordinador de los diputados federales del PAN, Juan Carlos Romero Hicks y agregó que la actual administración que ha utilizado la lucha contra la corrupción como bandera para interrumpir las obras del aeropuerto de Texcoco, para provocar la escasez de gasolina, para detener la obra de Constellation en Mexicali y ahora para estatizar la generación eléctrica debe dar la cara y rendir cuentas.

¿Dónde están las denuncias de las corruptelas y la detención de los responsables? La indispensable y urgente lucha contra la corrupción debe ser efectiva y no más el guion simulado para la trama de las mañaneras.

Con el agravamiento de la crisis de salud, el Presidente López Obrador y su gobierno serán evaluados por los ciudadanos por la omisión, la opacidad, la ilegalidad, la ineptitud, la discrecionalidad y la mentira criminal con la que se ha actuado.

Para el jefe de la bancada del Partido Acción Nacional, uno de los cánceres que más duele a los mexicanos es la corrupción, acompañado de la impunidad y la encuesta del INEGI demuestra que existe un ciudadano vigilante de las acciones de gobierno y que manifiesta negativamente su percepción sobre los actos de la administración pública”.

ACTOS DE CORRUPCIÓN EN LA PANDEMIA

Hemos visto actos de opacidad en las semanas que ha durado la emergencia sanitaria, en donde algunas instituciones de salud han sido omisas. Nadie cree en las estadísticas inventadas del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell y esto también es corrupción.

Basta recordar que antes de 2018 existía un Censo sobre el equipamiento de las clínicas, hospitales, médicos, enfermeras, camilleros en el sector salud, pero en 2019, por la austeridad decretada por el Presidente ya no se hizo ese recuento con resultados muy graves; con este “austericidio” van de por medio vidas humanas en la pandemia.

Asimismo, las compras por asignación directa en más de 60 por ciento de los casos de adquisiciones importantes. También desde el inicio de la etapa de aislamiento, la opacidad con la que han realizado las compras de última hora de equipo y material hospitalario, junto con los hallazgos que ha hecho la sociedad civil de las adquisiciones a modo para favorecer a los familiares de los funcionarios públicos y los conflictos sin solución en el sistema aduanero nacional, entre otros muchos.

Además, está la discrecionalidad del gobierno al decretar que las empresas de producción de acero, cemento y vidrio que tuvieran contratos vigentes continuarían las actividades para las obras prioritarias del Aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y la Refinería de Tres Bocas.

Aseguró que todo parece indicar que ahora se pretende pasar por encima de la Ley con un decreto de la Secretaría de Energía para ir contra los proyectos de generación de energías limpias.

Romero Hicks señaló que México se encuentra en el lugar 130 de 180 países en el Informe de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional. Y de acuerdo con el Barómetro Global de Corrupción, uno de cada tres mexicanos reconoció haber tenido que pagar un soborno para realizar un trámite ante el gobierno. Todo parece indicar que para 2020, estos índices no mejorarán.

“El Presidente no combate la corrupción, está distanciado de la realidad, encubre a sus funcionarios e inventa en su cabeza afirmaciones insostenibles”, finalizó.