¡No manchen!
La boca abierta y los ojos cuadrados, así se queda uno cuando ve los desatinos que algunos llegan cometer con tal de… ¿qué?.
Miren que una comisión de derechos humanos meta la cuchara en el tema de un lamentable deceso, como fue el del gorila Bantú, deja la impresión de que el mundo está al revés.
Ahora sólo falta que los defensores de los animales empiecen a defender los derechos humanos, aunque tratándose de algunos humanoides que caminan por las calles de nuestro país y por los pasillos del ambiente político, no estarían tan equivocados. ¿A poco no?