Acción Nacional conmemora el segundo año luctuoso de Don Luis H. Álvarez
CIUDAD DE MÉXICO — Luis Héctor Álvarez, prominente figura del Partido Acción Nacional (PAN) de México, que dedicó su vida a la lucha por la democracia, falleció el 18 de mayo en su casa en la ciudad de León, México, a causa de una complicación de neumonía. Tenía 96 años.
Álvarez, que se dedicaba originalmente a la industria textil, fue firme en su esfuerzo por terminar con el largo periodo de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En 1958 se presentó a la presidencia contra el candidato oficialista del PRI, Adolfo López Mateos, en una campaña quijotesca.
Casi tres décadas después, cuando el partido de gobierno parecía inamovible, lanzó una campaña de oposición en su estado natal, Chihuahua, para protestar contra el fraude electoral y mantuvo una larga huelga de hambre que contribuyó a que la atención internacional se posara sobre la lucha de la oposición mexicana en favor de la democracia.
Pero la victoria electoral del PAN llegó hasta el 2000; entonces terminaron los 71 años de gobierno ininterrumpido del PRI.
En 1956, Álvarez se presentó al cargo de gobernador de Chihuahua y perdió. Antes de eso no había militado en Acción Nacional de manera activa, pero se le conocía por su trabajo en la comunidad y por la defensa de los derechos civiles.
Entonces, organizó una Caravana por la Democracia desde Chihuahua —en el norte del país– hasta la Ciudad de México para entregar al fiscal general las pruebas de un fraude electoral en las elecciones estatales.
Dos años después, como candidato a la presidencia, Álvarez fue arrestado y encarcelado por un periodo breve porque, según su recuento de los hechos, se le dijo que ser candidato presidencial de la oposición era ilegal.
Álvarez denunció las tácticas del partido gobernante, que iban desde amenazas directas durante las actividades políticas hasta operativos en los centros de votación, y la estructura política que, desde su punto de vista, imposibilitaba la celebración de elecciones libres.
Álvarez fue muy criticado por negociar con el presidente Carlos Salinas de Gortari, elegido en 1988, tras las recurrentes acusaciones de fraude pero que adoptó muchas de las reformas favorables a la economía de mercado que el PAN había defendido durante años.
Su voluntad para el compromiso sirvió para allanar el camino de la aceptación del partido como una fuerza política legítima y para su éxito posterior a la hora de lograr la presidencia.
“Nos mostró qué hacer y cómo ser para conseguir que este fuera un país mejor”, dijo Cecilia Romero, diputada que trabajó estrechamente con Álvarez.
Con información de Paulina Villegas.- The New York Times