Ante la Pandemia; madurez, solidaridad, empatía y prudencia
Tomás Pichardo.- Médicos, enfermeras, enfermeros, camilleros y en general el personal de salud que lleva meses sometido a una terrible presión por el crecimiento de la pandemia, está agotado física y emocionalmente. Cada vez más profesionales de este sector están expresando públicamente un llamado desesperado a la población a que los auxiliemos cuidándonos, asumiendo con responsabilidad las medidas sanitarias necesarias para evitar contagiarse de Covid y llegar al límite de perder la vida, ante la imposibilidad que el sector salud está teniendo para atender el creciente número de casos graves de enfermos por este virus.
Las fiestas covid, la afluencia masiva de gente, que se observa en las zonas comerciales de la Ciudad de México; los usuarios de transporte público que usan cubrebocas solo para entrar a las instalaciones del metro, para después quitárselo, son muestras de que no hay ni empatía, ni solidaridad con los profesionales que día a día se están jugando la vida, enfrentando la pandemia en los hospitales de México.
Los mexicanos hemos dado muestra de ser un pueblo empático ante el dolor ajeno, solidario ante el sufrimiento y las carencias de quienes han padecido a causa de desastres fruto de los grandes sismos ocurridos en nuestro país, pero, por alguna extraña razón, en estos momentos de grave crisis sanitaria, hay grandes sectores de la población que se mantienen incrédulos, descuidados e imprudentes ante la gran amenaza que implica este peligroso virus.
Lejos están los momentos en que el Covid parecía un problema de China, de los países europeos. Hoy es cada vez más frecuente que familiares, amigos, conocidos y vecinos, hayan sufrido el contagio del Covid-19. La tentación de trasladar la parte de la responsabilidad que nos toca a las autoridades nos atrapa, sin darnos cuenta que en buena medida, podemos ser parte importante de la solución o un factor de agravamiento de la crisis sanitaria.
Basta solamente tener la voluntad de asumir en serio las medidas recomendadas para evitar el contagio, para cuidarnos y cuidar a los demás. Cada quien podría tener diferentes motivaciones para hacerlo, pero la principal motivación debería ser el amor a nuestros hijos, esposa o esposo, nietos, nueras y yernos, familiares y amigos. Y así evitar la enorme pena de perder un ser amado por la causa que comentamos.
Navidad quiere decir vida. Celebremos estas tradiciones protegiendo la vida, la propia y la de los demás. Cada nuevo año por venir, se toma como un nuevo comienzo. Tomemos el inicio del 2021 como una oportunidad para madurar, para conducirnos con actitudes de adultos, que nos permitan sobrevivir a este difícil trance que nos ha tocado experimentar.