Avanzamos… para atrás (2)
Por Rafael Morgan.- Con el artículo anterior sobre: “Avanzamos… para atrás” hubo un par de observaciones que habría que comentar: primero, se reclamó que sólo se hayan mencionado tres o cuatro causales de retroceso en México y además, se pide se precise más la aseveración de que CFE contrató miles de toneladas de carbón para quemar en sus plantas generadoras de energía. La respuesta a la primera de las observaciones es que ya estaba previsto escribir una segunda colaboración sobre el tema; en cuanto a la segunda, se reconoce una omisión, no son miles de toneladas de carbón las contratadas por CFE, sino 8 millones 500 mil toneladas que se entregarían de aquí hasta el 2024, en un contrato por “adjudicación directa”, sin licitar, por 1,930 millones de dólares a la empresa Troy T and D, “para utilizarlas en la central carboeléctrica ‘Plutarco Elías Calles’ en Petacalco, Guerrero”, según nota de Reforma del 7 de abril.
Además de contaminar con la quema de carbón, la CFE tiene que utilizar el combustóleo que producen las refinerías de Pemex, ya que este producto prácticamente no tiene mercado a nivel mundial, por lo que hay que “quemarlo” en México, contaminando más todavía el ambiente de por sí ya enrarecido; agregue a esto los miles de toneladas de gas que Pemex produce y no puede aprovechar sino que tiene que arrojar al ambiente y todavía más, la reciente denuncia publicada en el periódico Noroeste el 28 de junio de este año, sobre que “Pemex liberó a la atmósfera, entre el 7 y el 28 de diciembre de 2021, miles de toneladas de gas metano desde una de sus plataformas petroleras en el Golfo de México…” lo cual fue difundido por la Agencia Espacial Europea. Con todo lo anterior se explica el alto grado de contaminación del ambiente en México y la casi imposibilidad de cumplir los compromisos en el Acuerdo de Paris; así pues, vamos más para atrás.
Y todavía hay otro factor más delicado en cuanto al retroceso del país y es el de la educación, pues este gobierno decidió un mal día bloquear el presupuesto y cancelar sin más el programa de Escuelas de Tiempo Completo, sin considerar que a esa fecha ya se tenían más de 25 mil planteles en el Programa y se apoyaba a 3.6 millones de estudiantes de kínder, primaria y secundaria. La decisión se tomó sin contar con algún otro programa para sustituir al PET, simplemente se le fue retirando el presupuesto ya que en 2018, con Peña Nieto, se le asignaron 12 mil 440 millones de pesos, pero en 2019, ya con AMLO se rebajaron a 10 mil 915 millones de pesos; en 2020 sólo se asignaron 5 mil 273 millones pero ya para 2021 no apareció en el presupuesto. Este programa se inició en el régimen de Felipe Calderón (será por eso que lo quitaron) y se inició en 6 mil 700 planteles y al cierre de Peña Nieto se contaba con más de 25 mil planteles.
El Programa de Escuelas de Tiempo Completo se consideró como un auténtico adelanto dentro del Programa Nacional de Educación y aunque lo que más ha llamado la atención es que se proporcionaba alimentación a los educandos, lo cierto es que lo más importante era que en lugar de 4 horas y media de enseñanza se trabajaba de 6 a 8 horas, mejorando sustancialmente la calidad de la educación pues se incluía mejor enseñanza de español y lectura, además de actividades culturales y deportivas. Lo más interesante es que se había logrado la aceptación y participación de los maestros que se fueron entusiasmando al constatar los buenos resultados y, algo también importante, la participación de los padres de familia y de las comunidades en general.
Fue tanta la reacción de las organizaciones sociales, los maestros, los padres de familia y hasta del SNTE y de la CNTE que también exigen la restitución del Programa, que el Gobierno tuvo que “sacarse de la manga” algún sustituto y lo hizo con el programa La Escuela es Nuestra y arguyendo que había “corruptelas” en las Escuelas de Tiempo Completo, ofreció entregar el presupuesto directamente a los padres de familia “para que ellos decidieran qué hacer con el recurso”.
Ahora los maestros protestan porque no ven claro cómo pudiera llegarles el sueldo complementario que recibían; se ve menos claro todavía cómo se administrarían los recursos de enseñanza y actividades y aunque se ofreció por el mismo Presidente aumentar el presupuesto e incrementar el número de alumnos beneficiados, es todo tan superficial y desorganizado que se ve como una propuesta más del Gobierno que no se cumplirá o lo hará a medias.
Así pues, en educación, al eliminar el único programa de avanzada, se retrocede en cuando menos 10 años.