Cáncer en México, lo que no dice el INEGI
“Hay tres tipos de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas -Lies, damned lies, and statistics-” Benjamin Disraelí según Mark Twain
Éctor Jaime Ramírez Barba.- El pasado 2 de febrero, INEGI envío un comunicado con las “estadísticas a propósito del día mundial contra el cáncer a celebrarse el 4 de febrero, datos nacionales”. ¿Cuál fue el propósito? Compartir, dice, a partir de las estadísticas de defunciones registradas 2021 los principales indicadores sobre la mortalidad en la población mexicana a causa de tumores malignos.
Comentaré en esta editorial el despropósito del INEGI del cúmulo de datos, que combinados con las dificultades de acceso a los datos originales con el gobierno de la cuarta trastornación (sic) nos hace muy vulnerables a la manipulación, dejando solo la idea “que la tasa de defunciones por tumores malignos aumentó a 6.09 defunciones por cada 10 mil personas en 2010, a 7.06 en 2021”.
Debo enfatizar que la estadística es una rama de la matemática que utiliza grandes conjuntos de datos numéricos para obtener inferencias basadas en el cálculo de probabilidades. El INEGI presentó solo estadísticas descriptivas, información que no sirve para la toma decisiones.
El cáncer es una enfermedad por la que algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes del organismo. A los tumores cancerosos se les llaman tumores malignos; de ellos, muchos forman tumores sólidos, pero los cánceres de la sangre, como la leucemia, en general no forman tumores sólidos.
El cáncer es una enfermedad genética. Los cambios en los genes que controlan el funcionamiento de las células, en especial cómo se forman y multiplican, causan el cáncer. Los cambios genéticos que causan cáncer se producen por los motivos siguientes: errores que ocurren cuando las células se multiplican; daños en el ácido desoxirribonucleico (ADN) por sustancias perjudiciales en el medios ambiente, como las sustancias químicas en el humo del tabaco, y los rayos ultravioletas del sol; se pasan de padres a hijos.
En general, el cuerpo elimina células con daños en el ADN antes de que se vuelvan cancerosas. Pero la capacidad del cuerpo disminuye a medida que las personas envejecen. Por eso el riesgo de cáncer aumenta con la edad. El cáncer de cada persona es una combinación única de cambios genéticos. A medida que el cáncer sigue creciendo, ocurrren otros cambios, incluso dentro del mismo tumor, es posible que las diversas células tengan cambios genéticos distintos. Existe ahora la medicina de precisión, que permite una mayor sobrevida en ciertos tipos de cánceres y eso es una buena noticia.
El INEGI presenta una gráfica que muestra cómo la tasa de defunciones por diez mil habitantes aumentó de manera constante en nueve porciento anual, de 6.09 a 7.06. Ojo, comparados por sexo y grupo de edad de 0 a 9 años, la tasa de defunción fue mayor en 244 veces en los hombres y 178 veces en las mujeres de 80 y más; de 130 y 120 veces en los de 70 a 79 años; y de 60 y 67 veces en los de 60 a 69 años de edad.
Luego INEGI hace una correlación entre el morir por tumor maligno y su situación conyugal. ¿Es diferente con lo esperado de la población general? No sabemos la intencionalidad de aportar estos datos.
El INEGI describe el lugar de ocurrencia de la defunción: 63% de los fallecimientos ocurrieron ¡en el hogar!, el 14% en las instalaciones médicas del IMSS; 6% (5,191) en alguna unidad médica de la Secretaría de Salud, 5% (4,745) en alguna unidad médica privada, 3% en el ISSSTE, 2% en otras unidades públicas (PEMEX, SEDENA, MARINA, IMSS-Bienestar), 5% en otro lugar y 2% no especificando el sitio.
Luego se enuncian los principales tipos de tumores por sexo y edad. Siendo los más comunes la leucemia, los tumores malignos del encéfalo de 0 a 19 años de edad; la leucemia de 0 a 29 años, agregándose en las mujeres los cánceres de cuello del útero, mama y ovario, y en los hombres el de las meninges y encéfalo, estómago y linfoma no Hodgkin. De 30 a 59 años en los hombres el tumor de colon, estómago, páncreas y leucemias; en las mujeres, el de mama, cuello del útero, ovario y de colon. De 60 años y más, en mujeres el cáncer de mama, hígado, colon y de tráquea, bronquios y pulmón; en los hombres, el cáncer de próstata, tráquea, bronquios y pulmones, colon e hígado.
Y así en sucintas seis páginas el INEGI de manera abrupta, termina su boletin. Entiendo que su fuente es el “registro administrativo”, y dudo que de esto se puede aportar algo para “luchar contra el cáncer”.
Estimados lectores, haré un decálogo de preguntas al aire al INEGI y los (i)rresponsables funcionarios federales de atención a la salud:
- ¿Cuántos de los 90,123 mexicanos fallecieron de manera prematura por no haber recibido el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno, ya con cirugía, radioterapia, quimioterapia y algún otro medio terapéutico?
- ¿En qué estadios de la enfermedad fueron diagnosticados y referidos al nivel de atención de especialidad que requerían? ¿Cuántos fueron financiados por fondos públicos o por el Fonsabi?
- ¿Cuántos de los pacientes con cánceres hematológicos -leucemias-, niños o adultos, fallecieron sin haber recibido las dosis y los medicamentos del régimen prescrito por sus médicos?
- ¿Cuántos de los 57,106 solteros, casados, viudos, separados o divorciados que fallecieron en sus casas recibieron los cuidados paliativos, atención médica y espiritual, y medicamentos para vivir dignamente hasta su último suspiro?
- ¿Cuál es la razón para que hayan fallecido en su casa? Si así fue su deseo, ¿se cumplió con lo dicho en la Ley General de Salud de recibir atención domiciliaria?
- ¿Por Qué no solicita el INEGI llevar el Registro Nacional del Cáncer que es una obligación del Ejecutivo y que fue eliminado por los imperdonables de la cuarta trastornación bajo el AMLOprincipio de “no me vengan con el cuento de que la Ley es la Ley?
- ¿Se podría saber cuántos y de qué tipo de profesionales; cuántos y qué tipos de equipos; cuántas y qué tipo de pruebas; cuántos y qué tipo de medicamentos requeriría este país para atender a las y los mexicanos con los diferentes tipos de tumores malignos de vista al futuro próximo?
- ¿Cuál sería la esperanza de vida o tasa de sobrevivencia a 5 o más años por cada tipo de tumor ajustado por edad, sexo y oportunidad diagnóstica?
- ¿Cuál era la tasa esperada de defunciones por cada tipo de tumor, edad y sexo, comparada con los diez años utilizados en su nota?
Por último, conforme el crecimiento poblacional, el producto interno bruto ampliado (PIBA) y la tasa de defunciones esperada, ¿vamos en el rumbo correcto para luchar contra el cáncer? ¿Vamos a ser mejores que Noruega como dice el mesías del zócalo?
Concluyo estimados lectores, que este tipo de estadísticas no sirve para tomar decisiones, y puede servir incluso sólo para desinformar, mentir o manipular. El INEGI tiene expertos que sin duda pueden dar mucho más que lo expresado en este boletín. ¿Usted que piensa?