Coahuila es PRIMERO
Esther Quintana.- En la segunda mitad del Siglo XX prevalecía el enfoque de resaltar la capacidad del gobierno de dirigir a la sociedad, de ser el elemento principal en la conducción del Estado y estimar a la sociedad como un colectivo incapaz de dirigirse y normarse por sí sola. En contraposición a esta idea de gobernabilidad, surgió un nuevo concepto de la gestión pública, las principales novedades que introduce es la incorporación de nociones que son típicas de la iniciativa privada, con indicadores como la eficiencia, la eficacia, la medición de resultados, la economía, estímulo al rendimiento de los funcionarios y la satisfacción de necesidades, considerando a los ciudadanos como usuarios y no sólo como electores. Desde esta perspectiva se reconoce la necesidad de preservar una serie de funciones que indiscutiblemente deben ser ejercidas de manera exclusiva por el Estado, mientras que hay otras funciones que son propias del desarrollo del Estado de bienestar, y que han venido sobrepasando las capacidades del Estado, pero que deben cumplirse para satisfacer las necesidades de la población, en consecuencia se reconoce la posibilidad de que dichas actividades sean desarrolladas por la sociedad, bien sea de manera independiente o con la participación y/o coordinación del Estado. Como es lógico, no fue un tránsito fácil hacia estos enfoques. En Latinoamérica más complicado por la alta dependencia de un grupo importante de la población a los subsidios y programas asistencialistas del Estado. No obstante, en la segunda década del siglo XXI resulta importante reflexionar al respecto. Y es que es la hora de los ciudadanos, de la sociedad en su papel de protagonistas, no sólo como parte del discurso populista o de la letra muerta vertida en una declaración. Es YA el momento de asumir a plenitud la investidura ciudadana, que nuestra mayoría de edad no solo se refleje en la credencial del INE, que para hablar en plata pura la toman nomás como identificación y los más jóvenes para entrar al antro.
Si no nos gustan los gobernantes que tenemos, debemos de reconocer que son los que llegan porque el grueso de los electores VOTA SIN INFORMACIÓN y otro tanto, alegando que todo es una pudrición, que a cual más de sinvergüenzas, se abstienen de VOTAR. Y eso por supuesto lo festinan la ristra de incompetentes y deshonestos avalados por partidos políticos irresponsables, y llegan al cargo público con un porcentaje de sufragios, que por no haber en nuestra legislación segunda vuelta, pues la tienen en bandeja de plata. ¿Y a quien se cargan? A todos, votantes y no votantes. ¿Quiere usted que se acabe esa maldición? porque eso parece, se repite una y otra y otra vez… pues PARTICIPE. Hágase cargo de su responsabilidad ciudadana en el pedazo que le corresponde, el primer deber -lea la Constitución de la República por favor- es VOTAR, y es un derecho a la vez, que costó sangre, sudor y lágrimas, parafraseando a Churchill, que lo tuviéramos TODOS LOS MEXICANOS. Y luego no nos lavemos las manos como Poncio Pilatos, ahí no termina. La segunda parte es importantísima. Cuando lleguen al cargo NO LOS SUELTE, exíjales, que para eso les pagamos, ninguno anda de gratis, que cumplan con cuanto cosa le prometieron en campaña. Por eso tiene usted que conocer las promesas y écheselas en cara, que no nos sigan viendo la cara de babosos. Sale carísima la democracia en nuestro país ¿Y sabe por qué? Porque no es parte de la matrícula escolar, cuando así debiera ser, FORMAR CIUDADANOS. El artículo 3ro. constitucional se lo pasan por debajo de las extremidades inferiores, se ríen y se carcajean de sus contenidos –y ahora este bárbaro que desgobierna el país quiere rematar, adoctrinando a los chiquillos, no educándolos-… ¿No le basta con el presente que está haciendo tiritas? También quiere, y en su querer nadie manda, arruinar el futuro, SI SE LO PERMITIMOS.
Ir a votar este domingo 4 de junio es un deber de amor con nuestra tierra, cuando a uno le importa sorbete, el desamor, el desapego, transitan sin reparo alguno. Y yo no creo que usted no quiera a Coahuila. En Coahuila hemos tenido una larga estancia de un solo partido político y eso le ha hecho mucho daño, porque detentar el poder sin contrapesos corrompe a las instituciones. Esta coalición de tres partidos políticos, PAN, PRI y PRD, abre la puerta a una alternativa distinta que tenemos que honrar los integrantes, porque así nos lo está exigiendo un número importante de ciudadanos organizados. De no hacerlo, nos hacen polvo. La gente está hasta la ídem de que le mientan, le prometan y no le cumplan, por eso repudian a cuanto tiene que ver con política y políticos. La oportunidad que HOY tenemos el PAN, el PRI y el PRD, no la volveremos a tener jamás. Al PRI solo le quedan Coahuila y Edomex, al PAN si no vuelve a beber de las aguas de las que nació está acabado y el PRD sabe contar. A la clase media la invito respetuosamente a no quedarse en casa. Si Morena se engulle a Coahuila van a ser los más dañados. A la clase pudiente le pido solidaridad con los coahuilenses, mucho de su éxito empresarial se lo deben a la población. Y a los amigos más vulnerables, les pido que no se dejen avasallar por la dádiva que amenazan con quitarles. Esos recursos ya son suyos, por disposición constitucional. Y es dinero de los mexicanos, no de López Obrador ni de su partido. No le fallemos a Coahuila, este domingo 4 de junio salgamos a VOTAR.