¡Como el cohetero!
Por TomPich.-
Al presidente Peña le está pasando como al cohetero que, si echa los cohetes MALO y si no los echa TAMBIÉN.
El presidente esperaba que con las capturas de los exgobernadores priistas, Tomás Yarrington y Javier Duarte, el país entero lo ovacionara, le diesen unas medallitas por ser un adalid del combate a la corrupción y la impunidad, pero… nada. Parece que esto le pegó a tal grado en su ánimo, que frente a miembros de la prensa se le “chispoteó” una frase digna de los veracruzanos: “No hay chile que les embone”, refiriéndose a los mexicanos. A algunos comentaristas esto les pareció un exceso, a otros les pareció divertido y a algunos nos pareció que al paso que ha ido en el sexenio, ya ha logrado que no se extrañen las frases celebres de “Chente” Fox. Ya solo faltó que su vocero dijese: “LO QUE EL PRESIDENTE QUISO DECIR ES: No les parece nada”. O quizá a él le bastaba con exclamar bajito y sin microfono abierto: “No aplauden”.
Total, que ya hace tiempo que el presidente Peña parece haber arrojado su imagen a un tobogán, pues haga lo que haga, nada parece detener la caida de su credibilidad. Un montón de lastres lo siguen arrastrando al fondo: la casa blanca, OHL, la situación económica, la percepción de inseguridad, los desatinos frente a Trump, su PRImazo, el depa de la primera dama y la nueva generación del PRI, sus “amigotes” a quienes les encantó despacharse con la cuchara grande durante sus mandatos como “gobers”.
Sin embargo, no hay que echar las campañas al vuelo, pues si bien estas capturas que parecieron una bocanada de oxigeno para sus propóstios electorales NO FUNCIONARON como esperaban, todavía les quedan dos salvavidas que lo pueden sacar a flote en las elecciones del 2017 y el 2018: el abstencionismo -que es alentado por el desprestigio de la política- y la falta de conciencia de quienes pese a todas las fallas del sistema político priista, todavía le podrían dar el voto a cambio de prevendas y regalos electorales.
Por lo pronto, el Presidente Peña está quedando como el cohetero.