CONSTRUYENDO CONSENSOS
Por Alejandro Díaz La entrega de la constancia a Xóchitl Gálvez como responsable de conducir al Frente Amplio por México (FAM) para el 2024 es el inicio de una larga tarea que involucrará a millones de ciudadanos. Ya tenemos quien encabece los trabajos, ahora falta integrar a mexicanos de orígenes partidistas y de organizaciones de la sociedad, para ser evaluados tanto como miembros de un futuro gabinete, como de altos puestos administrativos o bien como candidatos a puestos de elección popular. Los senadores y diputados federales que sean propuestos tendrán que ser consensados en el FAM, porque al ser una coalición, ésta abarca todos los puestos de elección federal. La única forma de impedir modificaciones absurdas a la Constitución será obteniendo triunfos de cientos de candidatos que tengan respaldo ciudadano y logren llegar a las Cámaras para formar mayorías que permitan gobernar. Al proceder de distintos orígenes, sean partidistas o ciudadanos, serán equilibrio al Poder Ejecutivo cuando se debatan iniciativas y leyes.
Para ello, cada organización presentará los mejores candidatos que puedan llegar a ser excelentes legisladores. La coalición sería sólo un vacío cascarón si los paladines ciudadanos y partidistas no movieran un dedo por el triunfo común. Se requiere su colaboración activa y ganar mayorías. Seleccionar el grupo de apoyo será una de las primeras batallas que personalmente deberá ganar Xóchitl pues no sólo le servirán para garantizar el apoyo de todos para lograr el triunfo, sino definir colaboradores futuros. Sin ofrecer nada concreto inicialmente, podrá conocer especialistas capacitados para dirigir cada Secretaria, al tiempo de lograr un balance entre corrientes políticas y ciudadanas. Xóchitl va a requerir todo su carisma y sus habilidades para sentar en el mismo barco a tirios y a troyanos que no congenian fácilmente; sólo su liderazgo eficaz logrará lo que para cualquier otro es empresa imposible. Aunque atraer para sí el apoyo de casi toda la oposición parecía cuesta arriba, lograr integrar un gabinete plural que sea capaz, y además lo conserve por largo tiempo, es aún más difícil; es como un sueño idealista.
Así como se necesitó nobleza por parte de los partidos y sus dirigencias para llegar a escoger una candidata que apoyar, ahora se requerirá aún más nobleza para cumplir metas concretas en lo sucesivo. Tendremos que sacrificar egos y planes personales en aras del país y del futuro común. Xóchitl tiene más carisma y conocimientos que muchos de quienes ya pasaron por la Presidencia y estará ante situaciones hasta ahora inéditas, al menos en Norteamérica. Sin embargo, va a requerir, en adición al gabinete ideal, asesores que le ayuden a prever las dificultades por venir y propongan soluciones adecuadas para un gabinete plural. Quizá varias experiencias internacionales pudieran ayudar: Israel (en varias ocasiones), Chile después de Pinochet, Sudáfrica cuado asumió Mandela o la Alemania de la post guerra con Konrad Adenauer. La integración de la Cámara de Diputados y de la de Senadores tiene la misma dificultad, y quizá más complejidad, que la de integrar un gabinete plural. Las dos Cámaras se componen de legisladores que compiten por el voto ciudadano y otros propuestos por los partidos a través de listas. En ambos casos se requiere de la generosidad de los partidos para ceder puestos a candidatos ciudadanos.
Pero aún más importante será la solidaridad con los candidatos ciudadanos que harán campaña, porque requieren del apoyo de militantes de los distintos partidos en su circunscripción. Sin ellos, su candidatura será hueca y difícilmente podrán triunfar, restándole apoyo a Xóchitl cuando llegue la hora de gobernar. Todos tenemos que apoyar con generosidad. daaiadpd@hotmail.com