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Contigo, sin tí o a pesar de tí

Por Alfredo Oropeza.- Grave el error de personajes de la política, en éstos tiempos, de autocomprarse la idea (mitómana) de que cuentan con una arrolladora personalidad y un arrastre popular incomparable.

El amague y el chantaje por un lado, y el aislamiento del club de Toby, por el otro, son los elementos del show mediático del día de hoy, en grupos de what’s y redes sociales.

La primera actriz, antes primera dama, cae ante los cantos de las sirenas de aduladores, estrategas e incondicionales, que añoran regresar a esos tiempos de privilegios y bonanza, por ser parte de ese círculo cercano de quién mandaba en los Pinos y en el PAN.

Por otro lado, el club de Toby, hermético, misterioso, lejano e incomunicado con su militancia, sus órganos y sus aspirantes.

Los que amagan con irse, nos restriegan las encuestas en la cara con un “valórame o me voy”. Más, no ponen atención en los detalles de los tiempos actuales:

1) Niveles de conocimiento no es igual a intención del voto;

2) No representan al antisistema, son iconos del sistema anterior, que abrió paso al actual;

3) No toman nota del fondo en los resultados de las Campañas de Hilary Clinton y en el Edomex;

4) La sociedad cambió a partir del 19/09, el mensaje ya no es el caudillismo, ni la individualidad, ni la división;

y 5) El PAN no somos las personas, ni los dirigentes, ni los candidatos, es algo superior a los que estamos de paso, es doctrina, principios y mística, en acción.

Y, para los que se quedan al frente, primera llamada, primera advertencia, primer tropezón de una propuesta de nación loable, pero poco socializada o entendible entre la militancia. Hay que dejar de actuar como el club de Toby, como círculo cerrado y exclusivo de cercanos, porque al final puede hacerse realidad y termine siendo el PAN de unos cuantos.